miércoles, 26 de agosto de 2009

BRAHMS: CONCIERTO PARA VIOLÍN [Menuhin, Furtwängler, 1949]


La suma de ciertos nombres ya le sube a uno la presión de pura expectativa. Prueben por ejemplo esta combinación: Brahms + Yehudi Menuhin como solista + Wilhelm Furtwängler como director... ¿Tartamudeo? Comprensible. Esta es la legendaria versión del Concierto de violín de Brahms registrada el año 1949 en el Festival de Lucerna, con dos intérpretes como ha habido pocos y que caracterizaron su oficio con la entrega sin reservas a la partitura, junto a un magnífico entendimiento sin palabras que lo lleva a uno a creer en la telepatía. Existen quienes suenan más precisos, más afilados o más incendiarios que Menuhin; pocos, en cambio, más sinceros, vitales y llenos de espíritu. De Furt, ni se diga. En consecuencia, esta versión se distingue por su elocuente virtud interpretativa, esto es, por recuperar de la letra escrita el espíritu que la concibió.

Y valga mencionar también que eran los tiempos en que Menuhin se jugaba por reivindicar al gran director alemán.

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5 comentarios:

Elgatosierra dijo...

Como dice un amigo mío “organización”, ya lo decían los chinos al construir su maravillosa murallita, “organización”. Por lo tanto empecemos por el final. JAJAJA.
Menuhin se la jugaba por reivindicar al gran Furtwängler. Y es que nobleza obliga, porque Furt se la jugó antes reivindicando a Hindemith, Huberman, Menuhin y algunos más.
Éste es mi concierto para violín preferido. Hago la cole, como los niños con los cromos (no sé como diréis vosotros por allí). Con esta versión, que me compré en los setenta en Hamburgo (adivinen por qué), me salieron los dientes de música (no de leche).
Menuhin bien. Este ser humano, que como dirían mis amigos Carl y Jorge llegó a convertirse persona, cosa que no todos conseguimos (sin ir más lejos yo sólo soy un gato ignorante e imprudente), fue honrado e íntegro.
Furtwängler insuperable. Me pongo de rodillas. No hace falta que diga más.
Por supuesto que lo fundamental de esta versión es su “virtud interpretativa”, “recuperando la letra escrita del espíritu que la concibió”. Furt y su sello inconfundible. Reelavoración continua de la partitura. “Cada interpretación una nueva creación”, esa era la consigna de Furt. A veces se conseguía, y a veces no, pero hay que arriesgarse e intentarlo.
Alegría, desgarrado, dulzura, furor, lirismo, melancolía, naturalidad, nostalgia, pasión, reposo, revelación y trascendencia son los términos que recurrentemente surgen al hablar de esta versión.
Aunque las malas lenguas (yo mismo sin ir más lejos), dicen frecuentemente que al tándem Menuhin-Furtwängler les quedo mejor el de Beethoven que éste, ésta es una versión de obligado conocimiento entre las antiguas.
Otras imprescindibles, de la misma época más o menos, son:
Heifetz-Orquesta Sinfónica de Boston/Koussevitzky (NAXOS, 1939) [virtuosismo del solista, la orquesta y el director]
Szigeti-Orquesta de Filadelfia/Ormandy (SONY, 1945) [virtuosismo y musicalidad del solista la orquesta y el director]
Morini-Orquesta Filarmónica de Nueva York/Szell (MUSIC & ARTS PROGRAM, 1952) [musicalidad del solista la orquesta y el director]
A escoger según gustos.
Otro día hablamos de las clásicas. Y otro más, si queréis, de las más actuales.
Salud, paz y una sonrisa por favor.
Elgatosierra

PD. Perdón, me pasé. Este concierto me puede.

q u i n o ƒ ƒ dijo...

Esa es la idea, que la música nos pueda. Nos pueda mover, motivar, modificar. Este concierto, amigo mío, también es mi favorito, en paridad con el de Beethoven. No sabría quedarme con uno solo entre ambos.

mara dijo...

..y sí, todo un tema la fidelidad, uno o el otro; para esos casos yo opto por la "organización": uno y el otro- organizadamente-.jajaja
Es una broma, claro.jajaja

HD dijo...

Enlace no sirve!!

q u i n o ƒ ƒ dijo...

Hola! Gracias por avisar, estoy reponiendo los enlaces caducos del 4shared. Apenas solucione éste avisaré por aquí mismo, mantente atento. Saludos!

 
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