Hoy celebramos el cumpleaños 79 de una de las mejores pianistas vivas: María João Pires, la gran maestra nacida en Lisboa, tal día como hoy, en 1944. Con ella, el piano adquirió una voz peculiar, de variadísimo color, vivacidad y a la vez inagotables matices tímbricos, unida a una exquisita delicadeza (que no fragilidad) e imaginativo fraseo. Artista consagrada a la vez que mujer de carácter y convicciones firmes, Pires es un centro de gravedad en el actual escenario clásico, atrayendo al público ahí donde decide presentarse. Desde hace un tiempo ha dejado de lado las grandes salas de concierto para acudir a escenarios menores donde puede sentirse más cercana a su auditorio y de esa manera, plasmar un impacto aún más memorable.
En este nuevo onomástico recordamos a Pires con un registro de música de Schubert, compositor al que ha enriquecido con versiones extraordinarias. En esta ocasión les propongo la Sonata en La menor D. 784, los célebres Momentos Musicales y dos Scherzi. Deleitémonos con esta artista que tenemos el gozo de disfrutar con nosotros:
Felices Pascuas a todos cuantos pasan a visitar este rincón, sin importar origen, idioma ni hemisferio. Sí, la Pascua de los católicos de rito latino fue una semana atrás; no alcancé entonces publicar este saludo, así que me valgo ahora de la Pascua celebrada por el rito ortodoxo, este fin de semana.
Mi pequeña tradición personal en esta época solía ser la Obertura “Gran Pascua Rusa” de Rimsky-Korsakov, pero esta vez los invito a remontar a "los orígenes", con música vocal para esta fiesta, combinando armonías del canto litúrgico más antiguo (¿reconocen la melodía que suena arriba en el reproductor?… es la que utilizó Rimsky en su obertura) con armonizaciones posteriores. Se trata del disco Oficio ruso de Pascua que nos ofrece el Canon de San Juan Damasceno tal como aparece en un manuscrito del siglo XVII.
El conjunto a cargo de la interpretación es el extraordinario Coro del Patriarcado Ruso bajo la dirección del maestro Anatoly Grindenko(que ya apareció años atrás esta página).
Hoy Viernes Santo
les comparto una estupenda versión del aria
Zerfliesse mein Herze («Derrámate,
corazón mío»), para soprano, de la
Pasión según San Juan de Bach — la primera
pasión que escribió como Kantor oficial de Santo Tomás de
Leipzig.
Escuchemos esta página conmovedora
en aquel mismo recinto, impregado del recuerdo
del compositor. Se luce con su solo la magnífica soprano suiza
Regula Mühlemann. Bach puso a la voz femenina
junto a
un acompañamiento de particular color (dos
flautas, dos oboes da caccia, violines, viola, órgano y continuo) aquí
ofrecido por la Gewandhausorchester.
No sé si sólo me sucede a mí, pero el fraseo entrecortado de los
instrumentos
me sugiere con fuerza el sonido, hasta diría el ritmo del sollozo
ahogado, lo mismo que las ondulaciones de la melodía o ciertas notas que se
prolongan en el agudo.
Nuestro buen Bach sabía traducir a su arte todo aquello y más.
Cuéntenme si les produce el mismo efecto.
Bajo el video dejo también la traducción.
Texto original en alemán
Traducción al español
Zerfließe, mein Herze, in Fluten der Zähren Dem Höchsten zu Ehren! Erzähle der Welt und dem Himmel die Not: Dein Jesus ist tot!
Derrámate, corazón mío, en torrentes de lágrimas en honor del Altísimo. Cuéntale al mundo y al cielo tu pena: ¡tu Jesús ha muerto!
Feliz día de San
Valentín, del Amor y la Amistad,
a todos los queridos lectores y visitantes de esta página.
La fecha me sirve de pretexto para compartir con ustedes una obra
contemporánea —bueno, de 1947 para ser exactos— llamada
Sinfonía sobre una Canción de Amor y
escrita por el extraordinario
Nino Rota(★1911 —
✚1979), famosísimo como creador de inolvidables bandas sonoras cinematográficas
pero muy desatendido a la vez en su música para la sala de concierto. Porque
este hombre podía hacer de todo.
Rota fue un músico de primer nivel,
vástago de una familia musical y creador precoz (compuso un oratorio a los
11 años y una ópera cómica a los 13…) que vivió una época especialmente
turbulenta para Italia, como fue el siglo XX. El genio milanés ganó
admiración internacional por su capacidad creativa e impecable técnica.
Descúbranlo ustedes mismos en esta hermosísima sinfonía, que les dejo en el
link inferior.
Christoph Willibald Gluck / Litografía de Edmé Quenedey (c 1750)
Hoffmann, quién más, nos dejó un relato fantástico —en sentido literal— protagonizado por Christoph Willibald Gluck.
Aunque no figura entre los compositores más populares, Gluck(★1714 — ✚1787) fue un músico relevante. La historia de la música, de la ópera en especial, le deben un nuevo impulso. Sacudió atrevidamente el formalismo lírico del siglo XVIII y rescató el sentido dramático como eje y motor de la obra. Su música podía ser majestuosa, sobria y emotiva al mismo tiempo, con melodías nobles y amplias que anticipan a Haydn y Mozart.
Ernst Theodor Amadeus Hoffmann(★1776 — ✚1822), por su parte, fue el escritor romántico alemán por antonomasia. Pero fue también músico y, desde esa faceta, presenció y celebró la llegada de la nueva sensibilidad que maduraba desde fines del siglo XVIII. Su fantasía creativa unió ambos estros en varios de sus cuentos; uno de ellos lo protagoniza nada menos que Gluck.
Pero… no exactamente.
Enamorado de lo legendario, lo fantástico, lo descomunal, el Romanticismo alemán mitificó apasionadamente a sus artistas. Esa exaltación calzaba con el rechazo a las categorías racionales de la Ilustración; la figura excepcional del genio fue venerada como puerta abierta a un mundo misterioso del cual, por su intermedio, nuevas bellezas visitaban a la humanidad.
En esa revuelta entusiasta, Hoffmann escribió "el Caballero Glück". El escritor relata un encuentro con un misterioso personaje en un pequeño restorán berlinés, que desprecia junto a él un "vals canallesco" que interpretaban los músicos del lugar. Se acerca a ellos y les pide tocar en cambio la obertura "Ifigenia en Áulide". A medida que transcurren las páginas, el escritor empieza a sospechar quién es fantasmal personaje… El resto de la historia la pueden leer ustedes mismos en este link, el punto es que ese "Gluck mítico" cautivó. Obras suyas fueron rescatadas y adaptadas a la nueva sensibilidad del momento.
Para disfrutar este Gluck reconvertido en genio romántico les propongo dos piezas para audición.
La primera es la célebre Danza de los espíritus benditos de la ópera Orfeo y Eurídice, arreglada para piano por Giovanni Sgambatti. Interpreta la espléndida pianista ruso-alemana Olga Scheps.
La segunda es la obertura de Ifigenia en Áulide arreglada por nada menos que Richard Wagner. Interpreta Otto Klemperer y la orquesta Philharmonia.
Queridos amigos, ¡bienvenidos al 2023 en nuestra Bitácora!
Agradezco los mensajes que han dejado bajo varias entradas, saludándome y animándome. El 2022 fue un año bastante quieto en la actividad del Blog, pero, entre otras cosas, me contagié con el virus protagónico del último tiempo (efectos desagradables pero pasajeros) y estuve bastante absorbido en mi trabajo regular. Dejé en el tintero varios discos y otras tantas publicaciones. Como sea, ¡a seguir!
Retomo la actividad con esta fecha, 5 de febrero, porque es cuando avanza un dígito mi contador personal. Pero el 2023 nos trae mejores onomásticos: centenario de György Ligeti, 150 años de Sergei Rachmaninov y Max Reger, 200 años de Edouard Lalo, 400 años de la muerte de William Byrd. Esos, entre otros. Trataré de hacer justicia a la memoria de todos.
A modo de puntapié inicial los dejo con Schubert (cuyo aniversario celebramos hace poco, el 31 de enero) y su Impromptu nº 3 en un arreglo para cello y piano: