viernes, 30 de julio de 2010

LA DANZA DE LOS ENANOS




¿Cómo que qué es esto? Es la Danza de los Enanos, una fiesta (religiosa) para celebrar a la Virgen de las nieves, patrona de La Palma. Las Islas Canarias saben festejar de manera única. Y un amigo FUNDAMENTAL de este blog —oriundo de esas felices latitudes— necesita todo el ánimo posible para enfrentar algunos trámites complicados, pronto. Para él bailan los enanos esta vez.


miércoles, 28 de julio de 2010

THE PIANIST / Soundtrack de la película


Para nuestra Mara
SzpilmanLa extraordinaria película de Polanski basada en la sobrevivencia del pianista Wladyslaw Szpilman a los horrores de la Segunda Guerra Mundial, incluye como héroe imponderable a Chopin, también polaco, también denostado artísticamente por el nazismo, y de cuya música Szpilman era consumado intérprete.

Este protagonismo implícito culmina en la memorable escena donde Szpilman, famélico y con sabor a muerte en el paladar, ofrece la interpretación de su vida (nunca mejor dicho) ante un oficial nazi. La película revive aquel momento con la Balada número 1, en Sol menor; en la realidad, fue el Nocturno en Do menor, Opus póstumo, del creador polaco.


El sufrido sobreviviente capaz de conjurar la belleza proscrita en el piano desvencijado de una casa en ruinas... uno de los grandes momentos fílmicos que he disfrutado en mi vida. La banda sonora contribuye ampliamente, sobre todo gracias al virtuoso Janusz Olejniczak, quien interpreta a ese Chopin que, como genio tutelar, siempre merodea en los avatares de Szpilman.

También el contemporáneo Wojciech Kilar aporta una breve y preciosa composición a la película, Moving to the Ghetto Oct. 31, 1940. En ella, un clarinete melancólico de resonancias “klezmer” vuelve a recordarnos que el anciano Kilar es un genio viviente.

Disfruten esta gran banda sonora...
... A Q U Í

Más información sobre este disco y su contexto, AQUÍ

lunes, 26 de julio de 2010

MÁS DANZAS HÚNGARAS...


Bailarines húngaros
...pero esta vez en arreglo para violín y piano, una combinación que beneficia mucho a estas partituras. El violín es uno de los instrumentos emblemáticos de la música popular a orillas del Danubio, y el virtuosismo temperamental de estas célebres danzas —más recopiladas que compuestas por Brahms— se “conecta” con aquella tradición calurosa, menos pulida, menos calculada, más impulsiva, más improvisatoria —en fin, “exótica”— que aquí nos demuestra el brillante violinista kazajo Marat Bisengaliev, acompañado al piano por John Lenehan.



Brahms y Joachim

Brahms y Joachim (1855)

Vale la pena reseñar que estos arreglos para violín y piano se los debemos al gran Joseph Joachim (1831-1907) quien conoció a Brahms (1833-1897) cuando ambos eran muy jóvenes. Joachim, prodigio musical en alza, comprendió el talento de ese muchacho de áspero trato y entre ambos surgió una amistad que los acompañó la vida entera. Aunque el difícil carácter de ambos genios no haría las cosas fáciles, la Música le debe algunas de sus páginas inolvidables a esa honda admiración mutua. Por cierto, Joachim conoció a Brahms cuando éste era el jovenísimo acompañante de un violinista de creciente prestigio llamado Ede Reményi, quien puso en contacto al futuro barbudo con el folklore musical de Hungría. No es aventurado pensar que en sus recitales, ambos sonaran muy semejante a lo que Uds. pueden escuchar...
... A Q U Í

jueves, 22 de julio de 2010

OBLIVION (Piazzolla)


Kaliopi, con su belleza y su voz, y Edin Karamázov,
con sus manos y un laúd



¡Piazzolla! No creo ser un incondicional de Piazzolla, pero es por falta de tiempo. Como sea, hay ciertas obras suyas que me toman por asalto. Esta es una de ellas: Oblivion, “Olvido” —ah, la verdadera muerte— cuya línea melódica es tan cercana al Libertango, y cuya nostalgia temperamental, enérgica, elegante, me recuerda tanto ese “no sé qué” de Buenos Aires, pero también destila alguna afinidad al Bossa Nova de Jobim, etc.

Disfrútenla en esta bella versión. Si te gustó, puedes bajarla AQUÍ.

domingo, 18 de julio de 2010

El Vals Triste, de Sibelius, en versión animada




La belleza teñida de tristeza que Sibelius imprimió a su famoso “Vals Triste” fue recogida con grandísima sensibilidad por el ilustrador italiano Bruno Bozzetto en 1976, para su película Allegro non Troppo. Hábil parodia de “Fantasía”, el genial filme de Disney, la creación de Bozzetto es bastante más refinada en sus alcances expresivos. En el presente caso, un gato recorre las ruinas de una casa que conoció en mejores tiempos, evocando la vida de sus antiguos habitantes antes que el lugar caiga ante la implacable urbanización. Los últimos acordes del vals se vuelven desoladores, y sin embargo, Bozzetto extrae de todo eso una belleza inolvidable. Arte, sin discusión posible.

Dedicado a cuantos amen un lugar ya desaparecido. O a quienes odien las urbanizaciones implacables.

sábado, 17 de julio de 2010

[REPORTAJE] Le Grand Macabre, de György Ligeti


Para Fer, Joa y Mar,
con admiración y cariño

Mari Carmen de León + Elgatosierra


Ligeti


GYÖRGY SÁNDOR LIGETI (1923~2006) fue un compositor húngaro considerado como uno de los grandes del siglo XX. Su juventud estuvo marcada por la Segunda Guerra Mundial y su familia, de origen judío, fue diezmada por los nazis en los campos de concentración de Auschwitz, Bergen-Belsen, Mauthausen


Terminada aquella nefanda y terrible guerra volvió a estudiar a Budapest con Farkas, Kadosa, Kodály y Veress. Vivió varios años bajo la dictadura comunista. Más tarde se exiliaría a Viena y tomaría la ciudadanía austríaca. Allí contactó, entre otros, con Stockhausen y Koenig, que a la sazón estaban trabajando ya en su música electrónica. Ligeti formó parte del grupo de grandes profesores de los cursos de música de vanguardia en Darmstadt, Hamburgo, Estocolmo y Stanford.

Era un empedernido amante de la lectura (Borges, Carroll, Kafka, Vian…), y de la geometría fractal de Mandelbrot.

Entre las obras más importantes de Ligeti destacaremos: Atmósferas, Aventuras, los Cuarteto de Cuerda 1 y 2, los Estudios para piano y el Trío para trompa, violín y piano. Pero muy posiblemente lo que le hizo más famosos entre el gran público fue que Stanley Kubrick introdujo algunas de sus composiciones como parte de la bandas sonoras de varias de sus películas: 2001: Una odisea en el espacio, El resplandor y Eyes Wide Shut.

Para acercarnos mejor a la personalidad de Ligeti tratemos de reflexionar sobre las siguientes palabras que él nos decía de sí mismo:
“Yo nací en Transilvania, soy de nacionalidad rumana, pero no hablaba Rumano en mi infancia, y mis padres no eran de Transilvania. Mi lengua materna es el húngaro, pero no soy un verdadero húngaro, porque soy judío. Pero, como no soy miembro de una comunidad judía, soy un judío ‘asimilado’. Por tanto, no estoy totalmente ‘asimilado’ tampoco, pues no estoy bautizado”.
Ligeti también es conocido por su única ópera, Le Grand Macabre, compuesta entre 1974 y 1977. Posteriormente, entre 1988 y 1991, hizo una reducción de la misma para ejecutar en concierto, para soprano y grupo de cámara, que tituló Mysteries of the Macabre.

Con libreto inspirado en La Balade du Grand Macabre (1934) de Michel de Ghelderode (Bruselas, 1898-1962), esta anti-anti ópera, como le gustaba decir a Ligeti, es una sucesión de cuadros aparentemente desordenados, heteróclitos, inconexos, separados unos de otros, que requieren disciplinas audiovisuales, lo que con frecuencia hace de su escenario una auténtica ‘instalación’, utilizando el lenguaje del mundo del arte más actual. Su tema fundamental se inspira en las Danzas de la Muerte de la Edad Media, y está muy fuertemente ligado a la idea del Juicio Final. Michel de Ghelderode veneraba a Brueghel y al Bosco, y le llegaron a llamar “el Brueghel del Teatro” o “El Bosco Teatral”.

El mismo Ligeti, en una entrevista en 1981, declaraba:
“Ghelderode hace referencia a Brueghel, el país se llama Breughelland, y sin que Ghelderode lo indique precisamente podemos pensar en dos cuadros de Brueghel, el primero La Tierra de Jauja, donde el vino fluye libremente y los patos de asado andan volando, los cerdos medio despedazados corretean a sus anchas… es la tierra de la abundancia. El segundo es El Triunfo de la Muerte, donde la muerte llega a caballo a la cabeza de un ejército de esqueletos que aplastan a los vivos”.

Jauja

Brueghel el Viejo: El país de Jauja
(1567, Antigua Pinacoteca, Múnich)


Brueghel el Viejo: Triunfo de la Muerte
(1562, Museo del Prado, Madrid)


Otro cuadro de Brueghel, El Combate entre Don Carnaval y Doña Cuaresma, aunque Ligeti no lo cita, también nos puede llevar hacia Le Grand Macabre.

Combate entre Don Carnaval y Doña Cuaresma —detalle
(1559. Museo de Historia del Arte, Viena)


En el terreno de la forma Ligeti cita y parafrasea extractos de óperas de Monteverdi, Mozart o Verdi, pero transgrediendo sus formas y normas, hoy diríamos que recicla la música como “objeto de arte”, como lo haría un pintor utilizando la provocación y la poesía.
Ligeti decía:
“Tome un trozo de foie-gras, déjelo caer sobre una alfombra, pisotéelo hasta que desaparezca, así es como utilizo la historia de la música y sobre todo la de la Ópera”.

El libreto destaca y llama la atención por su lenguaje crudo, escatológico, repleto de obscenidades sexuales.

Le Grand Macabre muestra, evidentemente, el miedo de la muerte, pero le planta cara para conjurarla, como se hacía en plena Edad Media, con la risa y el placer. ‘Ars moriendi’, lo que puede ser también ‘Lección de vida’. Nos habla de la muerte, esencialmente, de su carácter inevitable. Se ríe de los tiranos de toda índole, que se alegran de las catástrofes que ellos mismos anuncian y provocan.

Su lenguaje musical es el resultado de la evolución que comenzó Ligeti al dejar Hungría, aunque es diferente de sus precedentes obras también muy radicales (Atmosferas). Después de Le Grand Macabre todo lo que compone recupera sus raíces húngaras y se interesa por otras músicas.

Aquí el lenguaje es brutal. Le Grand Macabre es una ópera gritada; qué digo, berreada, eructada, escupida. Todo en la música y en el libreto, es salvaje, grotesco, desmesurado. La belleza de esta obra nace del exceso, de la radicalidad, de su humor negro, y de su rechazo de las convenciones.

Después del estreno de esta ópera en Estocolmo (1978) —versión que el propio Ligeti revisó en 1997— se han hecho muchas producciones, lo que es inhabitual para una ópera contemporánea, pero pocas escenografías han estado a la altura. Ligeti fue siempre muy crítico con ellas, y sobre todo con la producción de Peter Sellars en Salzburgo (1997). Solamente la versión de Roland Topor en el Teatro Comunale de Boloña (1979) le convenció verdaderamente.

Revista de la Orquesta Filarmónica
de Nueva York, del mes de mayo de 2010

(portada y página 8, donde comienza la entrevista de
Barrymore Laurence Scherer a Alan Gilbert, director de la Filarmónica,
quien dirigió en el Avery Fisher Hall de Nueva York
Le Grand Macabre de Ligeti los días 27-29 de mayo de 2010)

La puesta en escena del Lincoln Center con la Orquesta Filarmónica de Nueva York era diferente; no es una ópera, pero tampoco un concierto. Tiene algo de comedia del arte, con proyecciones en una pantalla que podía ser, como un ojo de cíclope, que colgaba en medio del escenario, y en un lado, unas mesas desde donde se creaban las figuras y escenas que a su vez eran filmadas para ser proyectadas en la pantalla-ojo. La orquesta quedaba relegada al fondo.

A veces se piensa en Monteverdi, pero en otros momentos estamos casi ante un nuevo género de teatro jocoso con música. El siguiente vídeo nos puede dar una idea de la producción:


La puesta en escena hace pensar tanto en Brueghel o El Bosco como en el mundo del cómic.
ARGUMENTO:

  • Primer cuadro:
  • Estamos en Brueghelland (El País de Brueghel), un Flandes mítico, monstruoso y decadente, reino de NEKROTZAR, ‘Le Grand Macabre’, personaje demagógico y siniestro, desprovisto de humor y megalómano en gran manera. El país está completamente en la ruina, pero a la gente le da igual, solo piensan en beber, gritar —más bien berrear— y hacer el amor. PIET DE BOCK se pasea por un cementerio, y de una tumba surge Nekrotzar, que anuncia que esa misma noche va a aniquilar el mundo.


Revista de la Orquesta Filarmónica de Nueva York
del mes de mayo de 2010 (páginas 10 y 11, donde
prosigue la entrevista de Barrymore Laurence Scherer a Alan Gilbert)


  • Segundo cuadro:
  • ASTRADAMUS, el astrólogo de la corte, vive en un total desorden y suciedad con MESCALINA, su horrible mujer que le da latigazos todo el día y le pone arañas en la boca, ella sueña con un marido mejor, sobre todo mejor armado para el placer, y es una alcohólica consumada. Nekrotzar llega y muerde el cuello de Mescalina, y ésta muere. “¡¡¡SOY VIUDO, QUE ALEGRIA!!!”, grita Astradamus. Nekrotzar pregunta donde está el cometa que va a enviar sobre el mundo para destruirlo. Cuando el meteorito llega, Nekrotzar obliga a Piet a servirle de montura, y le ordena que lo lleve al palacio del príncipe GOGO.

Revista de la Orquesta Filarmónica de Nueva York
del mes de mayo de 2010 (páginas 12 y 13,
donde termina la entrevista a Alan Gilbert)



  • Tercer cuadro:
  • Los dos ministros quieren dar su dimisión al príncipe GOGO, que no la acepta. El príncipe es infantil, fácilmente manipulable, y pasa el tiempo haciendo ejercicios en un caballo de juguete. Los ministros obligan al príncipe a poner nuevos impuestos y rompen la constitución. El pueblo está sublevado, el príncipe trata de calmar a su pueblo. Llega GEPOPO, el jefe de la policía secreta, transformado en una grandísima araña peluda y previene al príncipe de la llegada de Nekrotzar. Pero llega Astradamus, el príncipe Gogo se convierte en un bebé, y pide ayuda. Nekrotzar llega en medio de un ruido y de un furor grotesco. Todo el mundo le pide que castigue a otro y la escena termina en una orgía.


Folleto publicitario de las funciones de
Le Grand Macabre para los días 27-29 de mayo de 2010


  • Cuarto y último cuadro:
  • Volvemos al cementerio del primer cuadro, Piet y Astradamus se creen muertos, Gogo no consigue que lo reconozcan como un príncipe, Nekrotzar está desilusionado, cuando comprende que su cometa no aplastó la tierra y por ende, no ha muerto nadie. Todo el mundo canta: “No teman a la muerte, buena gente, ya vendrá, pero no ahora. Llegada la hora, suena la campana, vivid hasta entonces con alegría.”


Portada y contraportada del folleto de la representación
a la que
Mari Carmen de León asistió personalmente




«MISTERIOS DE LO MACABRO» — Ligeti preparó una reducción de su única ópera como una especie de suite destinada a soprano y grupo de cámara. Eso no significa que pretendiera agasajar a nadie; sobre estas líneas pueden escuchar una versión de esta música desopilante que les va a sorprender.

viernes, 16 de julio de 2010

† MACKERRAS


Mackerras

Sir Charles Mackerras
(1925-2010)


Ayer falleció en Londres, con 85 años y víctima del cáncer, el gran director australiano Sir Charles Mackerras, cuya batuta nos deja un legado extraordinario. Todo un campeón de la música checa en general y de Janácek en particular, sus incursiones se extendieron a un amplio territorio en el cual Mozart brilló con peculiar esplendor. A este querido músico vaya el homenaje de este blog.

Una de las grabaciones referenciales de Mackerras fue El Mesías, de Händel, en el arreglo hecho por Mozart tres años antes de morir, para los círculos vieneses que por esos días redescubrían los oratorios del genio barroco. Mozart, admirador de Händel, fue muy respetuoso con las intenciones del compositor; no obstante, sus retoques a la instrumentación evidencian la maestría que había alcanzado el salzburgués, haciendo recordar el mundo tímbrico de Die Zauberflöte, sobre todo en el manejo de los vientos de bronce y madera.

HÄNDEL/MOZART: DER MESSIAS
Charles Mackerras, 1974


jueves, 15 de julio de 2010

[Clásicos para Niños] DANZAS HÚNGARAS



por Elgatitosierra


Dedicado a nuestra
Princesa Lucía y
a todas sus amistades.

ALTEZA, espero no crea que me había olvidado de su encargo, lo que me ha pasado es que he tenido que estudiar mucho últimamente, pero aquí estoy cumpliendo con su petición.

¡Vamos a bailar con las Danzas Húngaras de Brahms! Y como las compuso originalmente para piano a cuatro manos, se las he traído en versión de dos hermanos alemanes, Alfons y Aloys Kontarsky, que tocan el piano de rechupete. Y luego, como a un grupo de amigos les gustó tanto las danzas que convencieron a Brahms de arreglarlas para orquesta entre todos, aquí le dejo también la versión por István Bogar con la Orquesta Sinfónica de Budapest.

Esta última versión me la ha regalado un amiguito húngaro, y me la ha traído desde Hungría QUINOFF, que ha ido a por ella en su alfombra mágica.

Bueno, espero que las dos versiones sean del agrado de su ALTEZA y de sus amistades. Recuerdos a todos sus amiguitos, y dígales de mi parte que aquí les estamos esperando.

¿Vio a Nora, la amiga de mi hermano mayor? ¡Está un poco más abajo, y es muy lista y toca muy bien el piano! JAJAJA

Bueno, ahora voy a lavarme los bigotes y las orejas, que nos vamos a ir toda la familia a un concierto.

¡Que se diviertan, miauuuuuu y un lametazo!
DANZAS HÚNGARAS EN PIANO
DANZAS HÚNGARAS EN ORQUESTA

Danza húngara n° 1, para piano a cuatro manos
Toca el dúo (y matrimonio) Olga Kharitonova e Igor Machlak

domingo, 11 de julio de 2010

LA GENUINA ESTRELLA DEL MUNDIAL


Pulpo Paul
Lo suyo es comer mejillones y, de paso, acertar en el fútbol. El oráculo invertebrado de Oberhausen —mascota soñada de cualquier apostador— se convirtió en la imprevisible estrella de este Mundial sudafricano.

Un gran saludo a los amigos españoles que distinguen esta página con sus visitas. Esta vez, la Copa del mundo irá a las tierras del Quijote.

viernes, 9 de julio de 2010

MÚSICA FRANCESA de CÁMARA | Viotta Ensemble

front cover

À notre bon ami, Robin

Francia conoció una época dorada, musicalmente hablando, en sus tiempos barrocos: Lully, De Lalande o los Couperin, Rameau, nombres relevantes en la Historia de la Música, dan cuenta de esta primacía cultural. El esplendor de Versalles irradiaba consigo el canon para el arte europeo en cualquiera de sus formas.


Tras la Revolución de 1789, la guillotina pareció decretar el silencio. Fue un silencio transitorio, por fortuna; sin embargo, el centro de gravedad, en términos artísticos, se había alejado de París. Los severos códigos de Diderot, cuya Enciclopedia situaba a la música en el último peldaño de las artes, fueron ampliamente desairados, y el primer Romanticismo restituyó a la música un lugar principal, legitimando el reemplazo de la mera forma por la originalidad ansiosa de nuevas combinaciones y sensibilidades. El «cetro» de la influencia recayó en el conglomerado de pequeños reinos que era entonces Alemania, y junto a la eterna Viena desarrollaron por cien años una verdadera hegemonía musical, no obstante la irrupción de países novatos en la historia del arte que enriquecieron a su vez el acervo cultural de Europa y el mundo.

Daumier Vagón de Tercera Clase

Mientras tanto, Francia se sobreponía al terror de Robespierre, a las águilas de Bonaparte, a la Restauración, al Segundo Imperio, a la dura derrota ante Prusia, a la Comuna... Existía, es cierto, el importante prestigio de la Ópera de París, donde reinó Meyerbeer y fracasó Wagner. También el Conservatorio, a cargo de un Cherubini más estricto que clarividente. Con todo, buena parte de los artistas franceses proliferaron al margen (y en contra) de los grandes centros, los cuales ansiaban y despreciaban al mismo tiempo. De alguna extraña manera, el quebranto de una sociedad muy herida coincidía con la abundancia de creadores geniales (Baudelaire y Delacroix, por apuntar sólo dos ejemplos señeros).

Durante el siglo XIX la música sinfónica fue alemana, a pesar del gran Berlioz. La ópera estuvo dividida entre Wagner y Verdi, a pesar del gran Bizet o el espléndido Gounod... En tanto Victor Hugo, Dumas, Baudelaire, Rimbaud, Verlaine, Mallarmé, transformaban a la lengua literaria francesa en la más hermosa del mundo, el nuevo esplendor musical aguardaría las postrimerías del siglo XIX y los albores del XX para reverdecer en torno a Debussy, Dukas, Franck, Fauré... y sus discípulos.

El disco que hoy les comparto lo integran estos discípulos: Vincent d’Indy, Albert Roussel, Francis Poulenc y Charles Koechlin. Todos ellos están representados con obras para conjuntos de cámara, tan fecundos en esas exploraciones tímbricas característicamente galas, a diferencia de las macizas fuerzas orquestales germánicas.

Esa preferencia por la claridad, por el color, por la sensación de espacio, por la libertad de combinaciones ajenas a un diseño prestablecido, tienen evidentes conexiones con los mundos cromáticos de los grandes pintores impresionistas — a pesar del desagrado que tal idea le provocaba a Debussy.

Tras la derrota ante Prusia en 1870, Francia inició un debate al respecto de su propia identidad y comenzó a redescubrir el legado de los días barrocos y prebarrocos.

  • Vincent d’Indy (1851-1931), imbuido de esta sensibilidad, compuso la «Suite en Estilo Antiguo», primera obra del presente disco. No obstante, fue más conservador que sus otros compañeros, quienes se aventuraron más lejos.
  • Albert Roussel (1869-1937), influido por d’Indy y Debussy, fue el compositor más reconocido y famoso de su generación junto a Ravel. Aquí escucharemos su temprano Trío para violín, viola y cello, Op 58.
  • Charles Koechlin (1867-1950) fue un insigne discípulo de Fauré, prolífico como compositor y teórico, de quien oiremos la Sonatina n° 2 para la inusual combinación de oboe d’amore, flauta, clarinete, sexteto de cuerdas y... clavicordio, aquel instrumento que en la antigua Francia conoció días de gloria.
  • Por fin, Francis Poulenc (1899-1963) —a quien un crítico llamó «mitad monje, mitad delincuente» («Le moine et le voyou»)— fue uno de los más importantes autores franceses del siglo XX. Aquí oiremos su cantata «Le Bal Masqué» (Baile de Máscaras) para barítono y conjunto de cámara.

Interpreta el Viotta Ensemble, agrupación de cámara formada por miembros de la Orquesta del Concertgebouw. Estos músicos de primera línea obtienen una interpretación de calidad verdaderamente extraordinaria. Allez vous! A disfrutar.

D E S C A R G A

miércoles, 7 de julio de 2010

NORA

Mientras un pulpo se hace célebre en estos días por su talento como adivino, otro animalito, en este caso la gatita llamada Nora, se dedica... al piano.

¿Será pariente de nuestro Gatosierra?


domingo, 4 de julio de 2010

ORFEO... de Carl Orff

Ninfas escuchando a Orfeo

Las ninfas escuchando a Orfeo
(Charles François Jalabert, 1851)

por I. V.


Carl Orff fue un compositor nacido en Munich en 1895. A los cinco años inició sus estudios de piano, órgano y cello y en 1937 saltó a la fama cuando dio a conocer su cantata Carmina Burana, una especie de recreación en clave moderna de poemas medievales.

Antes de dicha obra, Orff se había sentido atraído por la música renacentista y barroca. Esta afición lo llevó a hacer arreglos o versiones libres —como él mismo las denominó— sobre algunas de las obras de Claudio Monteverdi, como Orfeo, el Baile de la Ingrata y El lamento de Ariana, todas ellas estrenadas en 1925 y publicadas definitivamente en 1940.

Era habitual escuchar a Orff hablar sobre la música elemental. Sin embargo, lo elemental en su música nunca fue sinónimo de música pura, como pretendió Varése, ni le interesó la idea de música absoluta al estilo Wagner. Lo elemental para él era encontrar en la música su causa primigenia en tanto una expresión del sentimiento humano; concepción en boga durante todo el siglo XIX y agotada por exceso de uso entrados los primeros años del siglo XX.

OrffEste afán por encontrar en la música lo que es en sí misma, lo llevaría a buscar su propio camino lejos del poswagnerismo y cada vez más cercano a Monteverdi, primero, y a la Tragedia Griega, después, si por ésta entendemos una representación en donde palabra, poesía, canto, teatro, danza y música se dan cita para ofrecer al espectador un acontecimiento que afectará directamente todos sus sentidos.

Teniendo esto ya en mente, se pone a trabajar para devolver nuevamente a escena la obra cumbre de Monteverdi, Orfeo. Sin embargo, tal empresa le valió múltiples problemas por el hecho de no ser una mera reconstrucción histórica, sino una especie de recreación del original.

Así pues, en primer lugar, tradujo el texto al alemán. Luego, redujo de cinco a tres la cantidad de actos. En materia de armonías, introdujo series innovadoras que, según él, podrían haber estado presentes ya en la elaboración del propio Monteverdi, pero que fueron desechadas por considerarlas incomprensibles para el escucha de la época. Por último, su ideal consistió en que fueran instrumentos originales de la época los que procedieran a la interpretación… algo que debió ser reconsiderado dado que eran instrumentos de museo, los cuales por el sólo hecho de ser retirados de las vitrinas se desgastaban o quedaban inutilizados.

A pesar de todo esto, la obra se estrenó en Mannheim en abril de 1923. La crítica calificó el resultado como un experimento interesante, pero inválido para ingresar al repertorio.

Hacia el final de sus días, Orff consideró que su trabajo con la obra de Monteverdi le había sido de suma utilidad, habiéndole permitido acercarse a una búsqueda propia, pero llevado de la mano de un gran maestro del pasado.

OrffTraemos a ustedes el Orfeo en revisión libre de Carl Orff en la estupenda versión de Herman Prey (Orpheus), Lucía Popp (Eurydike), Rose Wagemann (Die Botin) y Karl Ridderbusch (Der Wächter der Töten). Los Coros y la Orquesta de la Radiodifusión de Munich, todos dirigidos por Kurt Eichorn. ¡Ojalá la disfruten!

DESCARGAR en formato MP3.

prosa | SÁBATO

SábatoLa Resistencia

(fragmento) 

Cuántas veces les he aconsejado a quienes acuden a mí, en su angustia y en su desaliento, que se vuelquen al arte y se dejen tomar por las fuerzas invisibles que operan en nosotros. Todo niño es un artista que canta, baila, pinta, cuenta historias y construye castillos. Los grandes artistas son personas extrañas que han logrado preservar en el fondo de su alma esa candidez sagrada de la niñez y de los hombres que llamamos primitivos, y por eso provocan la risa de los estúpidos. En diferentes grados, la capacidad creativa pertenece a todo hombre, no necesariamente como una actividad superior o exclusiva. ¡Cuánto nos pueden enseñar los pueblos antiguos donde todos, más allá de las desdichas o de los infortunios, se reunían para bailar y cantar! El arte es un don que repara el alma de los fracasos y sinsabores. Nos alienta a cumplir la utopía a la que fuimos destinados.
Ernesto Sábato

sábado, 3 de julio de 2010

SINDING: SINFONÍAS 1 y 2

Hans Dahl: «Muchacha caminando frente al fiordo»

Pensar en la música clásica de Escandinavia nos lleva invariablemente a un par de figuras estelares: Grieg y Sibelius. Por su fama se diría que ambos nombres resumen en sí mismos toda música posible en aquellas tierras. Pero no es cierto. La realidad se nos descubre distinta, más variada y mucho más interesante.

El lejano Norte responde a las mismas leyes de cualquier otro lugar: todo artista emerge de un contexto y toda gran obra se apoya en muchas otras no tan grandes. No tan grandes, cierto, pero muy importantes, como balas trazadoras que anticipan el tiro perfecto. Eso nos otorga un amplio territorio donde caben gratos descubrimientos, uno de los cuales, sin duda, es el compositor noruego Christian August Sinding (* Kongsberg, 11 Ene. 1856; † Oslo, 3 Dic. 1941).


Christian Sinding en su vejezEste prolífico autor corresponde a la generación inmediatamente posterior a Grieg, por lo cual fue visto como heredero natural del primer gran creador noruego. Al igual que éste, Sinding partió a perfeccionar sus estudios en el Conservatorio de Leipzig, donde fue alumno de Salomon Jadassohn. Sinding pasaría en Alemania largos 40 años de su vida, asimilando los modelos musicales de la órbita germana: Schumann, Liszt, Strauss y especialmente, Wagner. Esta impronta germánica concierne a la música sinfónica de Sinding, tonal, bien orquestada, atractiva, contrastada, pero no innovadora; en cambio, sus creaciones de cámara siguen de cerca la pista de Grieg.

El gobierno noruego le concedió ayudas económicas regulares desde 1880, que se convertirían en pensión anual a partir de 1910. En efecto, para entonces Sinding se había hecho un nombre en toda Europa, y en Noruega fue homenajeado como el compositor más grande desde Grieg. Sin embargo, esa fama se eclipsó desde su muerte.

Una comprensible razón fue la agria etapa que atravesó entonces Occidente, con el alzamiento de los nacionalismos criminales y la desolación de la postguerra. En 1941, ocho semanas antes de fallecer, Sinding se afilió a la sucursal noruega del partido nazi… o al menos eso consignaron los documentos, porque la voluntad y lucidez del compositor estaban perdidas para entonces: sufría demencia senil desde la década anterior. Como sea, la vida noruega de postguerra lo ignoró, hasta que el paso del tiempo permitió un análisis más sereno de toda aquella circunstancia — aun así, la controversia no se ha agotado.

Vigeland

Esculturas del Parque Vigeland, Oslo


Es comprensible que el posrromanticismo de Sinding lo haya alejado de los gustos y estilos europeos de mediados del siglo XX. No obstante, la calidad y belleza de sus sinfonías, particularmente la primera de ellas —considerada la mejor de las cuatro que escribió— ameritan el homenaje de este blog a su indiscutible talento.
Disfruten las Sinfonías n° 1 en Re menor y n° 2 en Re mayor de Christian Sinding, en la interpretación de la Orquesta de Radio Noruega...

AQUÍ

viernes, 2 de julio de 2010

prosa | SÁBATO

SábatoLa Resistencia


(fragmento)

En otra época, cuando yo era un niño en Rojas, aún se mantenían valores que hacían del nacimiento, el amor, la adolescencia, la muerte, un ceremonial bello y profundo. [...] Hasta el cambio de las estaciones y la alternancia de los días parecían albergar un enigma que formaba parte de aquel ritual, perpetuado a través de generaciones como en una historia sagrada. Todos participaban de esas fiestas, desde los más pobres hasta los más ricos. Había épocas buenas y épocas calamitosas, pero dependían de la naturaleza, de las cosechas: el hombre no sentía que debía obrar siempre y en cualquier momento para controlar el acontecer de todo, como lo cree hoy en día.

Ahora la humanidad carece de ocios, en buena parte porque nos hemos acostumbrado a medir el tiempo de modo utilitario, en términos de producción. Antes los hombres trabajaban a un nivel más humano, frecuentemente en oficios y artesanías, y mientras lo hacían conversaban entre ellos. Eran más libres que el hombre de hoy que es incapaz de resistirse a la televisión. Ellos podían descansar en las siestas, o jugar a la taba con los amigos. [...] Momentos en que la gente se reunía a tomar mate, mientras contemplaba el atardecer, sentados en los bancos que las casas solían tener al frente, por el lado de las galerías. Y cuando el sol se hundía en el horizonte, mientras los pájaros terminaban de acomodarse en sus nidos, la tierra hacía un largo silencio y los hombres, ensimismados, parecían preguntarse sobre el sentido de la vida y de la muerte.

Ernesto Sábato

 
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