miércoles, 27 de noviembre de 2013

KARL GOLDMARK · Sinfonía «Bodas Campesinas» / Oberturas «En Primavera» y «En Italia»

Waldmüller Boda campesina en la Baja Austria / F. G. Waldmüller, 1843

«Todo gran creador se alza en hombros de otros» decía una frase que leí alguna vez. Cuando avistamos una cordillera, nuestra atención se fija primero en las cimas más altas y deja pasar las otras, más pequeñas; pero éstas también forman el paisaje y sostienen la altura de las mayores. Además, la belleza cabe muy bien en la modestia.

Del mismo modo, cuando uno se familiariza con un período en la historia de la Música o con la biografía de un creador en particular no tardará en encontrarlo rodeado por otros nombres de menos impacto que ejercieron influencia sobre él, compartieron su fama, fueron un contrapunto artístico y a veces tuvieron mejor fortuna.

Hoy les comparto un buen ejemplo. En la Alemania del siglo XIX, cuya música se dividía entre dos amores —a la tradición y al porvenir—, contamos un ramillete de músicos magníficos que la posteridad ha descuidado. Uno de ellos fue Karl [Károly] Goldmark (* Keszthely, Hungría, 18 Mayo 1830; † Viena, 2 Ene. 1915). Era un entusiasta de Wagner y a la vez adepto de Mendelssohn y Brahms. Con este último llegó a trabar amistad, aunque luego la relación se enfrió debido al pésimo carácter de la “Tercera B alemana”.

Goldmark nació en una numerosa familia judía (eran 20 hermanos). Su padre se desempeñaba como jazán, esto es, encargado de guiar los cantos de la sinagoga. El pequeño Károly comenzó temprano su educación musical, aunque los modestos recursos familiares impidieron una instrucción metódica; y este fue un signo de lo que vendría, porque el resto de su larga trayectoria artística avanzó por las sendas del “aprender haciendo”, recolectando las enseñanzas más valiosas en la práctica profesional antes que de estudios formales. Quizá esto preservó en Goldmark una notoria espontaneidad expresiva, sin impedir verdadera maestría en la técnica orquestal. Cosechó fama en la sala de conciertos y en el teatro, fue un apreciado pedagogo y recibió bien ganados homenajes en la Europa de su tiempo.

Schubert MackerrasSINFONÍA «BODAS CAMPESINAS» / OBERTURAS «EN PRIMAVERA» Y «EN ITALIA» por la SINFÓNICA NACIONAL DE IRLANDA dirigida por el maestro STEPHEN GUNZENHAUSER

Las aptitudes coloristas y descriptivas de Goldmark quedan de manifiesto en estas páginas orquestales. Las dos oberturas ofrecen el atractivo de su imaginación y vitalidad, amén de su ingenio tímbrico. Con todo, la pieza memorable de este disco es la Sinfonía, en realidad un híbrido de cinco movimientos que obedece formalmente a la estructura sinfónica, pero cuyo espíritu se zambulle en el Poema sinfónico. Goldmark recupera toda la belleza de la vida rústica centroeuropea en las escenas-movimientos, firmando una obra que merece ser mucho más conocida y apreciada.

¡Disfruten en el link bajo estas líneas, amigos y amigas!


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MP3 ABR 224 kbps | 7 tracks | RAR 101,3 MB

viernes, 22 de noviembre de 2013

Fiesta de Sta. Cecilia :: Día de la Música

Sta. Cecilia MártirSta. Cecilia, mártir y Patrona de la Música / estatua en un altar

Un gran felicitación a quienes visitan esta página atraídos por el Arte de los Sonidos, quizá el más conmovedor de todos y vehículo privilegio para la expresión humana. Les dejo una breve ilustración músical con el arte luminoso de Händel y su “Oda para el día de Santa Cecilia”: el coro “From Harmony”.

viernes, 15 de noviembre de 2013

ROSSINI :: OBERTURAS / Fritz Reiner, Sinfónica de Chicago

Gazza Ladra
Una urraca muy ladrona...

Si hay un compositor capaz de inyectar ánimos, ése es el gran Rossini. Y más con su “receta personal”: los crescendi de sus geniales oberturas, es decir, el aumento progresivo del volumen sonoro y la masa instrumental hasta alcanzar una detonación/catarsis. Aun cuando este recurso técnico no ofrezca hoy la novedad de su día, sigue provocando efecto en esas páginas chispeantes. Asombra enterarse que su autor las escribía a toda carrera y además aconsejaba hacer lo mismo; según él, la extrema urgencia acicateaba la creatividad... El caso es que Rossini, maestro de la música teatral, supo calar en sus auditorios; llegó a ser un pop star de talla europea, acaparando más fama que gigantes contemporáneos como el mismísimo Beethoven. Famoso a los 20 años, Rossini se retiró de la composición a los 37, en la cúspide de su fama, cuando había dado a la ópera bufa el mismo nivel de exigencia vocal que su variante seria. El suyo será uno de los más extraños silencios de la historia musical...

Pero nos queda su música. Fue un autor prolífico y extraordinariamente dotado para la melodía, para el efecto preciso en el momento justo, de inspiración rápida y habilidoso orquestador que dedicó tiempo a estudiar las partituras de los clásicos alemanes (Haydn, Mozart...), lo cual sorprendía a sus colegas italianos y le mereció el apodo de il tedeschino (el alemancito). Esta curiosidad autoformativa benefició su estilo y lo situó varios peldaños arriba de sus rivales. La bullanga festiva de sus oberturas en realidad nunca sale de madre, aunque lo aparente.

Justamente esa virtud —el descontrol bien planificado— es explorada por el legendario director húngaro Fritz Reiner, músico genial aunque también cruel, que tanto sabía pulir el talento de sus dirigidos como atormentar sus debilidades. Su obra maestra fue la Sinfónica de Chicago, convertida en una verdadera máquina de virtuosismo infalible.

Esta combinación nos legó una selección de oberturas de Rossini grabadas en 1958. La perfección técnica y la belleza musical de la orquesta de Chicago es asombrosa, firmando interpretaciones ejemplares de estas obras como pocas veces habrán oído. Hay, eso sí, una cuota de “ferocidad” emanada del gran director que puede alterar un poco el estilo, pero que no enturbia el altísimo quilate de sus resultados. Disfrútenlo ustedes, queridos amigos y amigas, y tenga un excelente fin de semana.


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MP3 ABR 256 kbps | 6 tracks | RAR 84 MB

miércoles, 6 de noviembre de 2013

prosa | SÁBATO

SábatoLa Resistencia


(fragmento)

Si no nos dejamos tocar por lo que nos rodea no podremos ser solidarios con nada ni nadie, seremos esa expresión escalofriante con que se nombra al ser humano de este tiempo, “átomo cápsula”, ese individuo que crea a su alrededor otras tantas cápsulas en las que se encierra, en su departamento funcional, en la parte limitada del trabajo a su cargo, en los horarios de su agenda. No podemos olvidar que antes la siembra, la pesca, la recolección de los frutos, la elaboración de las artesanías, como el trabajo en las herrerías o en los talleres de costura, o en los establecimientos de campo, reunían a las personas y las incorporaban en la totalidad de su personalidad. Fue la intuición del comienzo de esta ruptura la que llevó a los obreros del siglo XVIII a rebelarse contra las máquinas, a querer prenderles fuego. Hoy los hombres tienden a cohesionarse masivamente para adecuarse a la creciente y absoluta funcionalidad que el sistema requiere hora a hora. Pero entre la vida de las grandes ciudades, que lo sobrepasan como un tornado a las arenas de un desierto, y la costumbre de mirar televisión, donde uno acepta que pase lo que pase, y no se cree responsable, la libertad está en peligro. (...)

Si cambia la mentalidad del hombre, el peligro que vivimos es paradójicamente una esperanza. Podremos recuperar esta casa que nos fue míticamente entregada. La historia siempre es novedosa. Por eso a pesar de las desilusiones y frustraciones acumuladas, no hay motivo para descreer del valor de las gestas cotidianas. Aunque simples y modestas, son las que están generando una nueva narración de la historia, abriendo así un nuevo curso al torrente de la vida.

Ernesto Sábato

martes, 5 de noviembre de 2013

Un clásico SIBELIANO · Obras orquestales del finés en versión de BARBIROLLI y la orquesta HALLÉ

Edelfelt En alta mar (Merellä) / Albert Edelfelt, 1883

El gran director inglés John Barbirolli (1899-1970) fue un consumado intérprete de la música de Jean Sibelius. Aptitud bastante británica, por lo demás, dada la ilustre afinidad de músicos de la isla con el compositor escandinavo; pero el don de Barbirolli era la maestría en amalgamar tempi amplios con una enorme potencia emocional y ojo lúcido para cuidar el detalle, surcando las partituras con el instinto seguro de los marineros ingleses de otrora. Quizá la única «marca de otra época» en sus registros sea el concepto orquestal, con los timbres mucho más empastados de lo que hoy se estila al interpretar la música de Sibelius.

Sibelius por EdelfeltRetrato de Sibelius por Albert Edelfelt, 1904

carátulaEl disco que hoy les comparto fue un imperdible en la década del 60 del siglo pasado: Obras Orquestales de Jean Sibelius a cargo de Sir John Barbirolli y su emblemática Orquesta Hallé de Manchester. El maestro inglés revive aquí algunas de las páginas más célebres del escandinavo, como su tópica «Finlandia», op.26, los tres movimientos de la Suite «Karelia», op.11, los poemas sinfónicos «La hija de Pohjola», op.49 y «El regreso de Lemminkäinen», op.26, o el nostálgico Valse Triste, op.44.

Sibelius era un fervoroso patriota en una época especialmente álgida para los de su condición: Finlandia pugnaba por abandonar la órbita del Imperio Ruso. En ese intríngulis, todo patriota finés acudía a la fuente más pura de su identidad, la gran epopeya mitológica Kalevala, para abrevar en ella sus sentimientos. De este cantero literario el compositor tomará los temas para algunos de sus mejores títulos.

La historia de la Música recuerda a Sibelius como genuino maestro de la Sinfonía. No obstante, al inicio de su carrera despuntó como autoridad de la orquesta y de la narración instrumental merced a sus poemas sinfónicos o su música incidental para el teatro. En este disco pueden ustedes encontrar la razón de tan justa fama. ¡Disfrútenlo, queridos amigos y amigas!

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MP3 ABR ~ 320kbps 48 kHz | 7 tracks | RAR 105 MB | mega

Edelfelt Paisaje / Albert Edelfelt, 1889

sábado, 2 de noviembre de 2013

Día de Difuntos

Resurrección
En el calendario de la Iglesia Romana hoy es el Día de los Difuntos. Romerías de gentes acuden a los camposantos para dedicar algún gesto de recuerdo a quienes duermen en pacífico silencio, que será roto el futuro día de la Resurrección (dies irae, dies illa…). Este artículo del Credo ha inspirado perdurablemente a los artistas durante siglos, desde los orígenes mismos de nuestra cultura occidental. Sin tiempo suficiente, por ahora, para confeccionar un post nuevo en estas fechas, debo republicar un artículo colgado en esta página el año 2009. Queda dedicado esas personas que nuestro corazón todavía recuerda pese a la ausencia, y en el caso de este blog, a mi inolvidable amigo Javier “Leiter” Menéndez. ¡Tengan todos y todas un excelente fin de semana!

 
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