lunes, 30 de mayo de 2011

A PROPÓSITO DEL ASOMBRO...

Otras veces he abordado en esta página la cuestión del asombro. No es algo menor: en esto del arte y de la creación de belleza, podemos asegurar que “el Asombro os hará libres”. Cuando digo asombro, digo admiración; hasta cierto punto digo éxtasis. En suma, apunto a la conmoción que puede lograr la Belleza en lo íntimo de aquel o aquella que la percibe, sacándole de sí —arrebatándolo— para llevarle hacia un ámbito nuevo. Como un golpe de aire fresco que nos reanima hasta las raíces del alma. Platón describió este fenómeno en sus diálogos (cf. “Fedro”). Más de dos mil años más tarde, Bobby McFerrin sigue dándole la razón al griego...

Vean por favor el siguiente video, con el cantante negro interpretando a capela el Preludio en Do/Ave María de Bach/Gounod, durante el Pori Jazz Festival, realizado cada mes de julio en la ciudad de Pori, Finlandia.

Atención: La interpretación propiamente dicha comienza recién a los 2:08 minutos, lo anterior es un preámbulo en que el carismático cantante explica la música al auditorio, hasta que, como dice un comentario en YouTube, “logra convertir al público entero en un instrumento musical”. Sencillamente arrebatador.


domingo, 29 de mayo de 2011

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, FERNANDO!


Tus Regalos, Modestias

en nombre de todos:

Mara
Maricarmen
Elgatosierra
Quinoff



Don Fernando de León, querido amigo e inapreciable apoyo para esta página, ha tenido la ocurrencia de cumplir años el día 30 de Mayo. Enterados de semejante decisión, un puñado de rebeldes nos hemos confabulado. Y atribuyéndonos sigilosamente la representación de cuantos le quieren, hoy adelantamos un poquito nuestro calendario para dedicar a tan preciosa persona la detonación de nuestros aplausos y abrazos, junto a unos cuantos regalos, que valen sobre todo como símbolo del cariño que se merece.

¡Feliz cumpleaños, “Modestias”! Abajo te esperan tus regalos:

» de parte de Mara:

    • “¿Por qué no te CALLAS?” —
      María Callas canta un aria de Sansón y Dalila, de Saint-Saëns, mientras puede leerse un texto muy bien escrito.


    • “Porque este movimiento es como Fernando” —
      Che Kleiber dirige la Séptima de Beethoven


  • » de parte de Elgatosierra:

    • “En el año en que no habrá «Anillo» en Bayreuth” —
      Götterdämmerung: Escena de la Inmolación (Varnay, Windgassen, Bayreuth Festival - Keilberth).


    • Ilustraciones de Arthur Rackham para El Anillo del Nibelungo Pinchar en la imagen inferior.

    Las ninfas del Rin disputan el abrazo de Fer


    » de parte de Mari:

    • ¡MAHLER! —
      Quinto movimiento de la Tercera, dirigido por Bernstein, con los Niños Cantores de Viena, Christa Ludwig y voces femeninas del Coro de la Opera Estatal.



    » de parte del Bloguero:




    » Bonus Track:

    • “La chata miriguela” —
      Fuentes privilegiadas nos suministraron este material incendiario....


  • viernes, 27 de mayo de 2011

    EL OCTABAJO: cuando el tamaño sí importa...

    octabajo

    El gigante de las cuerdas...

    Decíamos ayer que la familia de las cuerdas tuvo artífices que lograron un canon ejemplar en la fabricación de sus instrumentos. Verdaderos genios artesanos que, empleando técnicas muchas veces inventadas por ellos mismos, crearon perfección.

    Contemplando esos instrumentos, sus proporciones cuidadosas o sus fascinantes detalles, se tiene la clara impresión de que responden a un ideal bien delineado. La proporción era, sin duda, una variable fundamental. Pues bien, llegó el momento en que el interés se dirigió a las partes no exploradas del territorio sonoro. Había llegado el Romanticismo, y con él, la aventura de la desproporción.

    Berlioz, por Gaiger

    Berlioz dirigiendo una de sus obras / caricatura de la época


    VillaumeJean-Baptiste Vuillaume (* Mirecourt, 7 Oct. 1798; † París, 19 Marzo 1875) fue uno de los grandes luthier franceses de todos los tiempos. Inició el aprendizaje del oficio en su ciudad natal, trasladándose a París en 1818. En 1825 se hizo socio de Nicolas Antoine Lété de Sommières. Esta asociación duró hasta 1827 y, al año siguiente, Vuillaume estableció su propia firma en el número 46 de la calle Croix des Petits Champs. Allí comenzó a imitar el aspecto de los antiguos violines cremoneses. En 1860 trasladó su taller al número 3 de la calle Demours, en el distrito parisino de Ternes, donde permanecería activo hasta su muerte.

    Habilísimo artesano e investigador, Vuillaume legó a la posteridad unos 3 mil instrumentos, y en su faceta de inventor nos dejó el OCTABAJO.

    Este instrumento imponente (casi alcanza 4 metros de altura) requiere que el intérprete se suba a una pequeña escalera construida al costado de la propia caja de resonancia. Como es imposible afinar las cuerdas con la mera aplicación de las manos, el octabajo cuenta con un sistema de palancas y pedales. Sus tres cuerdas producen sonidos dos octavas (16 notas) más abajo de lo que puede hacerlo el contrabajo. Una de las cuerdas está afinada en el Do más grave que existe, casi al límite de la capacidad auditiva humana, y en cualquier caso más allá del alcance de todos los instrumentos creados hasta la fecha, incluidos los pedales del órgano. Aun en tales profundidades, el Octabajo es capaz de resonar con potencia. Berlioz, que menciona al instrumento en su célebre Tratado de instrumentación, lo incluye en el corpus instrumental de su Te Deum, ofrecido en la inauguración de la Exposición Universal de París de 1855. También Wagner elogió su sonoridad. En la literatura habitual el Octabajo tiene poca presencia, aunque su capacidad única para la generación de notas graves atrajo el interés de los estudiosos del sonido. Vuillaume creó tres octabajos: el prototipo, confeccionado en París el año 1849, ardió en el incendio de un teatro londinense; el tercero fue adquirido por el Zar pero hoy está en Viena; el segundo, restaurado en 1975, se exhibe en el Museo de la Música de París.

    A continuación les dejo un par de videos en que podrán conocer el sonido que emite el instrumento.



    Les recomiendo visitar también los siguientes links:

    jueves, 26 de mayo de 2011

    LOS “LUTHIER”


    Un luthier en su taller
    La sapienza è figliola dell’esperienza “La sabiduría es hija de la experiencia”, recitaba Leonardo da Vinci. Y justamente la experiencia es la madre de los instrumentos musicales tal como hoy los conocemos. Un centenario proceso de decantación ha ido fijando medidas y proporciones (cánones) que, si nunca son del todo perpetuas, sí pueden ufanarse de haber rozado, en muchos casos, la perfección.

    Por ejemplo, la familia de los violines (o para ser exacto, de los instrumentos de cuerda frotada) convirtió al mejor de sus artífices en ícono de excelencia: Stradivarius. Los instrumentos del luthier cremonés, en la actualidad reducidos a unos 650 de los 1.100 que construyó, apetecidos por los intérpretes y los coleccionistas, llevan consigo el persistente enigma de su fabricación perfecta, nunca más igualada. Algunos buscan la clave en el barniz, otros en la madera, otros en las proporciones pitagóricas... pero el “misterio de Stradivarius” sigue abierto.


    Stradivarius


    Es interesante citar parte de un artículo que puede leerse en la Web:
    El arquitecto romano Vitrubio (siglo I a. de C.) escribió un tratado titulado Los diez libros de la Arquitectura, en el cual establecía tres características que debían reunirse en una obra arquitectónica: firmitas (solidez o estructura), utilitas (utilidad o funcionalidad) y venustas (belleza o estética). Podemos extrapolar perfectamente estos tres elementos aplicándolos en el campo de la luthería.
    Estas tres cualidades distinguen ejemplarmente a los violines fabricados por los luthiers de Cremona. Pues no sólo hubo un Stradivarius; aunque parezca increíble, todos los grandes violines fueron fabricados por tres familias, los Amati, los Stradivari y los Guarnieri, en un rincón de Cremona, población del norte de Italia (fuente). Sus productos son tan irrepetibles y definitivos como una catedral gótica, una espada tradicional nipona o un huevo de Fabergé. En efecto, el sonido de cada violín difiere entre sí, como si sus artífices, a la manera del mito de Pigmalión, hubieran querido dotar con un “alma” propia sus creaciones.

    Estos logros clásicos (literalmente, es decir, que constituyeron la clase, la norma de su género) siguen vigentes hasta ahí, y así seguirán en el futuro, ciertamente. Pero siglos después, cuando los compositores del Romanticismo iniciaron la experimentación sonora merced a sus intuiciones, los luthier alumbraron creaciones desconcertantes. Una de éstas será motivo de la siguiente entrada. Hasta entonces, les dejo en compañía de la perfección violinística: el Concierto en Si menor para cuatro violines (primer movimiento) de Vivaldi, en interpretación de Leonid Kogan y David Oistraj junto a sus hijos Igor (Oistraj) y Pavel (Kogan).



    jueves, 19 de mayo de 2011

    {prosa} JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

    Juan RamónPlatero y yo


    (fragmento)

    La cumbre. Ahí está el ocaso, todo empurpurado, herido por sus propios cristales, que le hacen sangre por doquiera. A su esplendor, el pinar verde se agria, vagamente enrojecido; y las yerbas y las florecillas, encendidas y transparentes, embalsaman el instante sereno de una esencia mojada, penetrante y luminosa.

    Yo me quedo extasiado en el crepúsculo. Platero, granas de ocaso sus ojos negros, se va, manso, a un charquero de aguas de carmín, de rosa, de violeta; hunde suavemente su boca en los espejos, que parece que se hacen líquidos al tocarlos él; y hay por su enorme garganta como un pasa profuso de umbrías aguas de sangre.

    El paraje es conocido, pero el momento lo trastorna y lo hace extraño, ruinoso y monumental. Se dijera, a cada instante, que vamos a descubrir un palacio abandonado... La tarde se prolonga más allá de sí misma, y la hora, contagiada de eternidad, es infinita, pacífica, insondable...

    —Anda, Platero...

    Juan Ramón Jiménez

    miércoles, 18 de mayo de 2011

    100 años de MAHLER



    Hace 100 años remontó el vuelo uno de los músicos fundamentales de nuestra historia occidental, y por supuesto, de este blog: Gustav Mahler. Imposible reducir a una sola línea el estallido de emociones, tensiones y satisfacciones suscitadas por la música intensa, desorbitada de aquel hombre que quiso crear mundos y los llamó sinfonías. Ese judío sufrido y tenaz en quien parecen resumidas las perplejidades de todo un siglo, ese artista belicoso que un día advirtiera “mi tiempo aún no ha llegado”, hoy puede estar seguro de haber calado hondo en el corazón de miles.

    ¡A la salud de Mahler, y cómo no, de mis queridos amigos, los presentes y los ausentes, con quienes me reunió la admiración hacia este músico!

    • En homenaje a la figura de Mahler en el centésimo aniversario de su muerte, comparto con ustedes dos transcripciones corales de obras suyas, en versión del coro Accentus dirigido por Laurence Equilbey:

    Ich bin der Welt abhanden gekommen (Rückert-Lieder nº 3)
    Kein deutscher Himmel (Adagietto de la Sinf. nº 5)

    Tumba de Gustav Mahler

    SVENDSEN | Rapsodias Noruegas

    Kittelsen

    Fragmento de la «Rapsodia Noruega nº 2»

    Me llama mucho la atención cierta cualidad abundante en la música noruega: su lirismo. Es un rasgo nítido en el mayor compositor de esa nación de fiordos, Grieg, y lo es también en otro notable músico que fue su contemporáneo: Johan Severin Svendsen (* Cristianía, actual Oslo, 30 Sep. 1840; † Copenhague, 4 Jun. 1911).

    Sin gozar de la misma inspiración que el creador de Peer Gynt, y con no más de 33 obras en su catálogo, Svendsen fue no obstante una figura de primera importancia en la historia artística de Noruega y Dinamarca durante el siglo XIX. De hecho, solamente Grieg superó en trascendencia la labor dinámica y fecunda de Svendsen como catalizador de un lenguaje musical propiamente escandinavo, en la senda del nacionalismo romántico alentado por Liszt.

    Johan Svendsen (sentado a la derecha), Edvard Grieg (de pie) y Edmund Neupert retratados en Copenhague hacia 1870

    La memoria de las generaciones suele condensar una época entera en un puñadito de nombres y fechas, olvidando el matizado contexto que hace posible una realidad. Por ello, no creamos que Noruega se reducía al poético Grieg, ya que ni él mismo estaría de acuerdo. En efecto, en una de sus cartas estampó las siguientes palabras:

    [Svendsen] tiene todo lo que me falta. Él es, en mi opinión, el mayor artista... de todos los países escandinavos, y uno de los pocos grandes espíritus de Europa.

    No le faltaba razón a esas apreciaciones. Si Grieg fue llamado “el Chopin del Norte” por su amplia literatura para el piano, Svendsen dejó en el género orquestal lo mejor de su producción. Firmó dos sinfonías (el manuscrito de la tercera fue echado al fuego por su mujer en un arrebato de ira...), dos conciertos (uno para violín, otro para chelo), así como un puñado de obras breves que testimonian su sabiduría instrumental. Y es que la orquesta se convertiría en su gran bastión: Svendsen fue el más eminente director escandinavo de su tiempo, responsable de introducir en los círculos musicales del Norte repertorios tan exigentes como las sinfonías de Beethoven o las óperas de Wagner.

    Esta faceta interpretativa la ejercitó especialmente a partir de septiembre de 1883, cuando aceptó el cargo de kapellmeister en el Teatro Real de Copenhague. Durante el siguiente cuarto de siglo, Svendsen elevó la vida musical danesa a una nueva categoría, estimulando la aparición de músicos locales; no por nada el más grande de estos últimos, Carl Nielsen, sirvió en la orquesta del Teatro Real bajo la batuta del noruego.

    Años atrás, en 1867, cuando visitara Reykjavik, Svendsen había dado un impulso similar a la carrera de Sveinbjörn Sveinbjörnsson, el primer compositor significativo de Islandia y autor de la música el hermoso himno nacional de aquel lejano país.

    Knud Bergslien

    «Atardecer en una cabaña de ganaderos» / Knud Bergslien, hacia 1858.

    Svendsen siempre se interesó en la música popular de su país, la cual, dicho sea de paso, figura entre las más ricas del folklore septentrional. Quizá esos largos inviernos nórdicos, confinando a los habitantes al interior de sus hogares, hayan sido estímulo involuntario a la creatividad popular. El caso es que hacia 1840 se produjo la primera recopilación seria de tonadas populares por parte de Ludvig Mathias Lindeman. Diecisiete temas de Lindeman fueron utilizados por Svendsen en sus Cuatro Rapsodias Noruegas (1876-1877), inspiradas en las rapsodias lisztianas, y en las cuales se aprecian los rasgos que mejor distinguen al músico, así resumidos por la Wikipedia:

    “La música de Svendsen recogió la herencia del conservatorio de Leipzig y si bien fue un romántico, no desarrolló un estilo radical y siempre empleó las formas clásicas. Su lenguaje armónico reveló cercanos lazos con Liszt y Wagner. Su instrumento era toda la orquesta y la exploró tanto creativa como interpretativamente, consiguiendo un brillante manejo de la instrumentación y un imaginativo tratamiento del colorido orquestal.”
    Preikestolen, Noruega
    carátulaDisfruten las 4 Rapsodias Noruegas y las fantasías orquestales Romeo y Julieta y Zorahaida, de Johan Svendsen, en interpretación de la Orquesta Sinfónica de Jutlandia del Sur, dirigida por Bjarte Engeset...

    aquí

    mp3 | 320 kbps | rar 140,8 MB | scans

    viernes, 13 de mayo de 2011

    WOODWARD


    Para muchos no era un desconocido. Pero Ryan Woodward alcanzó un auge de notoriedad hace pocos días, gracias al doodle que realizó para Google en conmemoración de Martha Graham, la gran precursora de la danza moderna.



    Les comparto ahora el video de 3 minutos que había cimentado la fama de este artista: “Thought of You”. Para quienes lo hayan visto, será disfrutar de nuevo; para quienes no, será un descubrimiento espléndido. La poesía del movimiento. La canción que sirve de fondo es World Spins Madly On, de The Weepies.



    [poesía] PIZARNIK


    Hija del viento


    Han venido.
    Invaden la sangre.
    Huelen a plumas,
    a carencias,
    a llanto.
    Pero tú alimentas al miedo
    y a la soledad
    como a dos animales pequeños
    perdidos en el desierto.

    Han venido
    a incendiar la edad del sueño.
    Un adiós es tu vida.
    Pero tú te abrazas
    como la serpiente loca de movimiento
    que sólo se halla a sí misma
    porque no hay nadie.

    Tú lloras debajo del llanto,
    tú abres el cofre de tus deseos
    y eres más rica que la noche.

    Pero hace tanta soledad
    que las palabras se suicidan.

    Alejandra Pizarnik

    martes, 10 de mayo de 2011

    Los Nadies, según Galeano


    Un comentario de la vida por Eduardo Galeano, en su voz queda y visión aguda, que les comparto con saludos de Elgatosierra. ¡No hace falta decir más!

    Bombones Finlandeses

    kiira korpi
    ...y no me refiero a la bellísima Kiira Korpi


    FINLANDIA tiene la particularidad de no tener himno oficial: Maamme, el que hace las veces de tal, nunca ha sido oficializado. Fue escrito originalmente en sueco y además su música, de autor alemán, funge también como himno nacional... de Estonia. Pero el país encontró un temprano cantor entre sus artistas: Jan Sibelius; al margen de los múltiples análisis, lecturas, distingos, oposiciones y fervores suscitados por el compositor finés en el mundo artístico desde su aparición, para sus compatriotas la verdad es una sola: Sibelius es Finlandia en música.

    La nación de los cien mil lagos (188 mil, para ser exactos) y las espléndidas auroras boreales se encontraba en plena eclosión nacionalista a fines del siglo XIX, cuando Sibelius ocupó su lugar en el panorama cultural de la nación en ciernes. Otros músicos habían ensayado caminos, y la saga mítica Kalevala —serie de cantos ancestrales tomados de la tradición oral— asumió el rol de “Gran Relato” desde donde conjurar la propia identidad.

    Segmento con el «Himno de Finlandia» en el poema sinfónico de Sibelius

    aurora boreal Aurora boreal

    Las relaciones con la Rusia de los Zares atravesaban entonces un mal momento. Finlandia era un Gran Ducado semi-autónomo del Imperio ruso: se gobernaba con leyes propias, mantenía su religión ajena al gobierno de los popes ortodoxos, y a sus hombres exentos del servicio militar obligatorio para la mayoría de las provincias. Pero en 1899 el Zar Nicolás II firmó el “Manifiesto de Febrero” con el cual aprobaba la política de rusificación del país. Las protestas no se hicieron esperar. Nuestro compositor se sumó al avivamiento de los ánimos con su arte, y así fue como escribió la Música para las Celebraciones de la Prensa [op. 25/26] aquel mismo año, consistente en una corta obertura y seis tableaux (cuadros vivos) sobre escenas históricas, autoría de Kaarlo Bergbom, con textos de Eino Leino y Jalmari Finne. El último tableaux se tituló “Finlandia despierta”, y caló hondo en el auditorio. Sibelius lo revisó por separado al año siguiente y desde su publicación como poema sinfónico independiente, cobró una popularidad que no se ha marchitado. Al propio compositor le acabó disgustando recibir cartas, durante su retiro en Ainola, que alababan su arte citando meramente “Finlandia” y el “Vals Triste”...

    El “Himno de Finlandia” que suena en determinado momento de la obra inició una carrera propia. Fue arreglado para coro de voces masculinas con palabras de Wäinö Sola, en 1937, y de Veikko Antero Koskenniemi en 1940. Conservando la letra de este último, el himno fue trasladado a coro de voces mixtas en 1948.

    Veikko Antero Koskenniemi, 1940

    Oi, Suomi, katso, sinun päiväs' koittaa,
    Yön uhka karkoitettu on jo pois,
    Ja aamun kiuru kirkkaudessa soittaa,
    Kuin itse taivahan kansi sois'.
    Yön vallat aamun valkeus jo voittaa,
    Sun päiväs' koittaa, oi synnyinmaa.

    Oi, nouse, Suomi, nosta korkealle,
    Pääs' seppelöimä suurten muistojen.
    Oi, nouse, Suomi, näytit maailmalle,
    Sa että karkoitit orjuuden,
    Ja ettet taipunut sa sorron alle,
    On aamus' alkanut, synnyinmaa.
    Traducción aproximada

    Finlandia, tu día por fin se levanta;
    La noche y sus amenazas caen ante la luz,
    Canta de nuevo la alondra al rayar el alba,
    Llenando el aire hasta los altos cielos,
    La mañana resplandece sobre la oscuridad vencida;
    Ha llegado tu día, mi tierra natal.

    Levántate, oh Finlandia, mira con orgullo al porvenir,
    Recuerda otra vez tus valientes hazañas;
    Levántate, oh Finlandia, y a la vista del mundo
    Borra de tu frente la mancha de vil esclavitud.
    No te quebrantó el dominio del opresor;
    Ha llegado tu día, mi tierra natal.

    Precisamente les comparto hoy el Poema Sinfónico “Finlandia” Op. 26, en versión de Leif Segerstam y la Filarmónica de Helsinki, con la particularidad de incluir un coro de voces masculinas en la sección del Himno. AQUÍ.

    Y además, la versión a capela, AQUÍ.

    viernes, 6 de mayo de 2011

    GORAN BREGOVIC: SONGBOOK (2000)

    Bregovic
    Lo dicho ayer: aquí tienen el álbum “Songbook”, aparecido el año 2000, resumen de la actividad musical de Goran Bregović durante la década de los 90 del siglo pasado. En ese período, el compositor de Sarajevo obtuvo sonados éxitos componiendo bandas sonoras para diferentes filmes, varios de ellos junto al director serbio Emir Kusturica.

    Bregović ha colaborado con artistas de procedencia muy diversa —Iggy Pop, la israelí Ofra Haza, la caboverdiana Cesária Évora, la polaca Kayah...— los cuales acentúan, si cabe, la multiculturalidad de esta música, retrato a su vez de un rincón del mundo definido por la diversidad y belleza de sus parajes y habitantes, aunque también por la guerra y el desencuentro.

    Balcanes

    Esta multiplicidad la definió poéticamente nuestro amigo Elgatosierra en unas palabras que le copio sin asomo de pudor: “Mixturas de folclore judío, cantos sefardíes, melodías balcánicas, ritmos árabes, egipcios o turcos, pequeñas orquestinas gitanas con ese toque de bajo continuo tirolés con la tuba. Ecos de ternura, nostalgia feliz y ambiente onírico que invita a recordar cómo huele la tierra mojada por la lluvia y cómo sabe la vida cuando es bien vivida.”

    Esa euforia que agita la inspiración de Bregović —en la que no está ausente su pasado rockero— se entremezcla con momentos de hondo pesar e insoslayable melancolía. ¡Cuántas razones tendrán para ello las gentes de los Balcanes! Y sin embargo, siempre vuelve el desborde de alegría, debido ciertamente a que la tragedia realza, por oposición, el sabor de cada momento de la vida. Aprendamos también nosotros el valor de las cosas, y dejémonos llevar por el talento no sólo de un gran músico —un devoto de Dionisio en los Balcanes—, sino de una tierra extraordinaria.

    » D E S C A R G A

    MP3 VBR | scans | 14 tracks | RAR 88,3 MB | Yandex

    beso serbio

    jueves, 5 de mayo de 2011

    Un adelanto de la próxima entrada



    El serbio-croata Goran Bregović ha alcanzado notables cimas de popularidad con su música. El hombre tiene un don evidente para retratar con chispa y originalidad la cultura de su dividida patria, y su nombre está muy asociado al de su amigo, el cineasta Emir Kusturica, con quien ha colaborado muy exitosamente. La próximo entrada consistirá en un disco que compila el trabajo de Bregović durante los años 90. Entre esos temas destacados estará el que sigue más abajo, titulado como el arma emblemática de Europa del Este: el fusil de asalto AK-47, acrónimo de Automat Kalashnikov 1947. O “Kalashnikov”, a secas.

    ¡Disfruten el embriagador empuje rítmico de esta música, crisol de influencias de Este y Oeste! Por desgracia, un encuentro no siempre feliz...



    miércoles, 4 de mayo de 2011

    FLAMENCO: el Cante de Madrugá


    Cante, toque y baile
    en el flamenco todo es Arte



    Vuelvo a las notas de Elgatosierra repasando los palos del Flamenco. Hoy le toca turno a un palo bastante singular:

    Hoy veremos un caso curioso, el CANTE DE MADRUGÁ. Poco podemos decir de él, pero no por eso le vamos a dejar pasar por alto. Para la mayoría de los estudiosos es un palo flamencológicamente conflictivo, no encontramos muchas referencias en la historia, pero la música y el cante está aquí, y a nosotros no nos hace falta mucho más, sólo escuchar y sentir.

    El CANTE DE MADRUGÁ siempre estará dentro de la estética de los Cantes de Levante, regidos por las tonadas impuestas al flamenco de las provincias orientales por la taranta (a la que llegaremos más adelante), palo rector de los cantes llamados mineros, que tienen su capital en La Unión (Murcia). Es un palo eminentemente melismático y necesitado de una considerable maestría del cantaor para su cabal interpretación.

    • El ejemplo que aquí dejo es paradigmático. El Niño de Barbate al cante con un jovencísimo, pero ya auténtico maestro, Paco de Lucía a la guitarra en “Monete” por CANTE DE MADRUGÁ. Atención a los extensos melismas de salida del cantaor en sus dos intervenciones que claramente nos indica el modelo jondo de la versión y, una vez iniciado el cante, su indiscutible acento minero; y a la antológica falseta del guitarrista entre ambas, el contraste entre lo agudo del cante y el grave del intermedio es portentoso:





      Monete

      Entre Chinchilla y Monete,
      La Roda y El Quintanal,
      la provincia de Albacete
      toíta la traigo andá
      solo serrana por verte.

      El sombrero a lo lorquino
      que quieres que traiga,
      el camisón con los dos tapaos,
      el pantalón de paño fino,
      las botonaduras eran de plata.

    No tengo palabras para ponderar tanto duende y oficio. Una auténtica lección de flamenco. ¡Cuánto arte y cuánta vida!

    Su ambrosía está servida.


    martes, 3 de mayo de 2011

    Un lujo de ZIDANE


    Yo sé que no suelo hacer estas cosas de andar subiendo videos por puro antojo, pero tratándose del futbolista más admirado por este melómano, no puedo evitarlo. Zidane entrena con un grupo juvenil y entonces, frente al portero, enciende la misma chispa de los mejores tiempos. Pero a diferencia de muchos, luego de “humillar” al arquero mezclando habilidad y cabeza fría para el tempo, se acerca a saludarlo con sencillez y caballerosidad, algo que tanta falta hace hoy cuando grandes estrellas se dedican, por ejemplo, a patear pelotas contra el público si se sienten ofuscados...



    lunes, 2 de mayo de 2011

    MOZART / Gran Misa en Do menor / FRICSAY


    Para el profesor que dirige cierto coro universitario en donde canta uno de mis mejores amigos, el Kyrie de la Gran Misa en Do menor, de Mozart, es el más perfecto de la Historia. Aunque no comparto ese juicio —mi “credo polifonista” en lo que a música sacra se refiere ya lo he expuesto en algún post anterior— no puedo menos que sentir simpatía por una admiración tan encendida. Casi estoy dispuesto a dejarme persuadir. Es que el entusiasmo suele ser clarividente; en el caso mencionado, por ejemplo, la opinión fervorosa del profesor restituye al genio austríaco la verdadera hondura que poseen sus obras religiosas, algo que a menudo le ha sido negado. Es cierto que hay muchos recursos en ellas que delatan al compositor de ópera, y además están impregnadas por el estilo de su época, cuando los palacios ejercían influencia sobre las capillas y no al revés. Pero Mozart es Mozart... y eso significa que fue incapaz de una sola cosa: escribir música sin alma.


    Fragmento del «Sanctus»

    Por ello, si buscamos inspiración religiosa, la vamos a encontrar. En primer lugar está traducida como algo que siempre perciben los artistas: la noción de un gran Misterio disimulado tras la realidad. ¿Cómo no sentir algo de eso en la ominosa introducción del Kyrie? Luego está el Mozart comunicador, que le da voz y alas al sentido de aquello que se canta. Resplandece, por supuesto, el arte del compositor, haciendo suyos los recursos de la música occidental con habilidad tan consumada, que todo ocupa su lugar como si no hubiera nada más fácil y espontáneo, ni más lógico y natural. ¡Misterio de la inspiración! Además se luce el habilísimo escritor vocal, que puede ser exigente pero nunca cruel, y en todo momento sabe qué pedir, y cómo, a cada tesitura.

    En fin, grandes obras como ésta operan a la manera de “gafas” mediante las cuales uno logra distinguir mejor la textura maravillosa de la vida, y con eso, recuperar la posibilidad del asombro.

    Asombro, nada menos, experimentaremos también ante la calidad de los intérpretes: el gran Ferenc Fricsay dirigiendo a la Orquesta Sinfónica de Radio Berlín, al Coro de la Iglesia de Santa Eduvigis y, como solistas, a Maria Stader (1ª soprano), Hertha Töpper (2ª soprano), Ernst Haefliger (tenor) e Ivan Sardi (bajo)... ¿Alguien reconoce este equipo? Pues justamente es el mismo que grabaría una versión antológica de la Misa mozartiana para Deutsche Grammophon en 1959. El presente registro en vivo tuvo lugar justo el día anterior a la famosa grabación de estudio para el sello amarillo. El motivo fue la gala de reapertura del estudio Sender Freies Berlin, el 29 de octubre de 1959.

    Vale la pena reproducir una parte del folleto que acompaña el disco (y la descarga):

    Esta grabación de la Gran Misa en Do es un testimonio precioso de la fecunda colaboración que existió entre Ferenc Fricsay y un grupo de grandes artistas de la posguerra. Los cuatros solistas de esta ocasión eran todos asiduos del maestro húngaro. La contralto Hertha Töpper, el tenor Ernst Haefliger y la soprano Maria Stader participaron con frecuencia en los conciertos de Fricsay, quien los ‘prestaba’ muy a menudo a Karl Richter, otro gran director conocido principalmente por sus interpretaciones de Bach. No olvidemos al bajo Ivan Sardi, quien más tarde cantaría Masetto bajo las órdenes de Fricsay con la misma orquesta y junto a otro de sus cantantes favoritos —Fischer-Dieskau— en el rol de Don Giovanni. Sin embargo, no cabe duda que fue Maria Stader la que más veces relacionó su nombre con el de Ferenc Fricsay. Junto al maestro grabó desde las Estaciones de Haydn al Requiem de Verdi, pasando por Donizetti, Gluck, Rossini y sobre todo Mozart. Precisamente esta combinación ‘Fricsay / Mozart / Stader’ queda bien ilustrada por esta grabación en directo, realizada en la Grosser Sendensaal en el Sender Freies Berlin el día de su inauguración. De hecho, constituye una suerte de ‘ensayo de gala’ para la histórica grabación que harían los mismos artistas al día siguiente para Deutsche Grammophon.

    El libreto alaba también, con pormenorizada justicia, el desempeño de la soprano húngara Maria Stader, quien verdaderamente se luce, ora por virtudes técnicas, ora por el gozoso espíritu que anima su interpretación mozartiana. Esto dicho, les dejo a ustedes una memorable versión de la Gran Misa en Do menor, K. 427, recordando muy especialmente a mis amigos Gatosierra, Julio y Leiter, con quienes comparto entusiasmo hacia la figura del gran director que fue Ferenc Friscay.

    » D E S C A R G A

    MP3 CBR 320 kbps | scans | 14 tracks | RAR 133,7 MB

     
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