viernes, 30 de abril de 2021

De dulce y de agraz: adiós Christa Ludwig, feliz cumpleaños Maestro Mehta

arbol

Agridulce ha resultado para la Música la despedida del corriente mes, saludado en Europa como “abril, flores mil”… pero flores que ahora se repartieron entre tumbas y festejos. Las flores luctuosas fueron para la grandísima mezzo Christa Ludwig, monumento al canto lírico que brilló en la segunda mitad del siglo pasado y falleció con longevos 93 años el pasado 24 de abril en Klosterneuburg, Austria. Los amantes de la música recordaremos siempre su especial vínculo con el repertorio germano y sus interpretaciones de Mozart, Beethoven, Wagner, Mahler y Strauss. Me consuelan las palabras de una querida amiga soprano que, comentando esta despedida, me dijo “es muy triste, pero su legado será eterno”.

Eternamente… es la última palabra de una de las grandes obras mahlerianas que Ludwig abordó: La Canción de la Tierra. De allí les comparto esos compases finales en una gran interpretación en conjunto con Leonard Bernstein y la Filarmónica de Israel:

¿A dónde voy? Voy a errar por las montañas.
Busco la tranquilidad para mi corazón solitario.
Hago camino hacia la patria, hacia mi hogar.
Ya nunca más vagaré en la lejanía.
Mi corazón está tranquilo y espera su hora.

¡La querida tierra florece por todas partes en primavera
y se llena de verdor nuevamente!
¡Por todas partes y eternamente resplandece de azul la lejanía!
Eternamente... eternamente...

Y por otra parte, hoy 29 de abril el director indio Zubin Mehta ha celebrado 85 años de vida. Daniel Barenboim, colega y amigo, le ha dedicado un concierto de homenaje con la Orquesta Estatal de Berlín, en el teatro de Ópera Unter den Linden, con obras de Beethoven y Schubert que pueden escuchar pinchando este link.

Por mi parte, les comparto en el reproductor más abajo el homenaje de bienvenida que hace pocos años le brindara la Filarmónica de Israel a Mehta cuando regresó a su último período encabezando dicha formación:

domingo, 4 de abril de 2021

Feliz Pascua 2021

Resurrección de Cristo / Albrecht Altdorfer, 1527

Muy Feliz Pascua para cuantos alegran esta página con sus visitas a lo largo del año. Que el día de hoy, tradicionalmente destinado al afecto, la celebración y en muchos lugares también al intercambio de huevos de chocolate, no sea opacado por la pandemia que nos agobia en esta fecha, tal como sucedía también en la Pascua del año pasado.

Hoy festejamos muy particularmente el retorno de la vida —en la resurrección de Cristo para quienes somos creyentes— y dicha celebración no se agota en un credo sino que busca alcanzar a todos. Y tal es el gran poder de la música, alcanzar y elevar los corazones de todos los hombres. ¿Qué tal si pedimos hoy la ayuda de Bach?

Que el vibrante Sanctus de su Misa en Si menor nos contagie ese estremecimiento y luminosidad que el Maestro de Eisenach supo encontrar y comunicar como nadie.

¡Felices Pascuas! De corazón, este Blog les desea lo mejor a cada uno/a de ustedes:



sábado, 3 de abril de 2021

BRAHMS · In Memoriam

Johannes Brahms / imagen mejorada por mi amigo Carlos Suazo

Un 3 de abril de 1897, sábado, falleció en Viena Johannes Brahms, víctima de cáncer al hígado. Muchos consideran que su muerte cierra todo un ciclo de la música: con él se despiden los antiguos linajes artísticos que remontaban a Bach, Schütz o aun antes, cultores de un artesanato que abarcaba lo cotidiano y lo sublime; en adelante, la música alemana seguiría principalmente la grandilocuencia de Wagner y llegaría a los límites de la tonalidad, hasta romper con todo en la revolución de Schönberg mientras el antiguo mundo europeo se venía abajo con cruentas guerras mundiales.

Hay quien dice que la melancolía otoñal presente en la música de Brahms era un claro anticipo de ese final. Lo cierto es que para él ningún final ha llegado: su música sigue vigente e influyente, cautivando con su particular equilibrio de potencia casi áspera aliada a momentos de delicadeza y genuina ternura.

Así pues, amigos, hoy les invito a escuchar música del barbudo maestro de Hamburgo y evocar la famosa divisa de la música germana: Bach, Beethoven… y Brahms.

Arriba, una prueba de vigencia: durante la primera ola de la pandemia en Europa, el año pasado, la talentosa mezzo Adèle Charvet encontraba consuelo en la música de Brahms

viernes, 2 de abril de 2021

VICTORIA · Responsorios de Tinieblas · David Hill, Coro de la catedral de Westminster

Bach Cristo cargando su cruz / El Greco (detalle)

Estas fechas son ocasión inmejorable para compartirles otra versión de los “Responsorios de Tinieblas” del genial Tomás Luis de Victoria, maestro consumado de la polifonía renacentista y artista de asombrosa sutileza expresiva incluso con medios tímbricamente limitados, como puede ser un coro a capella.

En sus manos la combinación de genio musical y voces humanas —en una época donde la armonía avanzaba en lenta transición desde los modos gregorianos a los esbozos de nuestro sistema tonal— gestó obras con vocación de inmortalidad, acuñando modelos de referencia para los artistas venideros.

Si los maestros italianos como Palestrina muestran una inspiración sobrecogedora que traducen mediante melodías de largo aliento, extrovertidas, Victoria domina un estilo en donde la expresión se concentra y se ciñe al texto de las obras. Esta regla no impone ninguna limitación, como ninguna norma lo es para un genuino artista. Tampoco resta calor a sus composiciones, al contrario, su sobriedad potencia aún más la expresividad.

Victoria ofrece una mezcla rotunda de misticismo y apasionamiento. ¿Sorprendente combinación? No tanto si lo pensamos un poco; ¿qué más apasionado que un arrobamiento como los que describe una santa Teresa de Ávila, por ejemplo, a quien Victoria trató personalmente?

Nuestro compositor aparece en la historia musical en un momento de prodigiosa creatividad, como fue el Siglo de Oro español. Es una cumbre doble ya que integra dos tríadas memorables: la de los grandes polifonistas europeos, junto a Palestrina y Orlando de Lassus, y la de los mayores polifonistas hispanos junto a Cristóbal de Morales y Francisco de Guerrero.

La totalidad de su producción pertenece al género sacro, y en ella despunta muy especialmente esta colección de responsorios para Jueves, Viernes y Sábado santos — llamados “de Tinieblas” por las particulares circunstancias del rito al que estaban destinados. (Este apartado lo explican mis queridos amigos Elgatosierra y Fernando de León en artículo dedicado hace unos años a esta obra, que pueden revisar pinchando aquí.)

David Hill es un músico inglés, premiado organista y director coral cuyo nombre ha estado asociado a prestigiosas agrupaciones vocales e instrumentales hasta el día de hoy. Estuvo al frente del Coro de la Catedral de Westminster, sede católica de Inglaterra, junto al cual registró versiones memorables del repertorio sacro. En el caso de Victoria, Hill dirigió versiones antológicas del Oficio de Difuntos (1987) y de los Responsorios de Tinieblas (1989).

El coro está integrado por voces infantiles para los registros agudos, tal como las escolanías (conjuntos corales adscritos a un monasterio o iglesia) habituales en época del gran compositor español. Personalmente, es la versión que me parece más poderosa de las que conozco mejor (siendo las otras la de The Tallis Scholars y de The Sixteen).

Espero que la disfruten:
» D E S C A R G A

MP3 256kpbs · 48 kHz | .7z 142,71 MB | Yandex.ru

MOZART | Misericordias Domini, K. 222

Hayez Crucifixión con María Magdalena / Francesco Hayez, 1827 (detalle)

En este Viernes santo dejo con ustedes una pieza sacra juvenil de Mozart, compuesta en 1775 cuando el compositor tenía 19 años y respondía a un encargo del Príncipe Elector de Baviera. La prolija polifonía y la mozartiana audacia de ciertos giros armónicos son memorables… pero, para nuestros oídos modernos, llamará más la atención un pasaje de transición (0:55 seg) en que la melodía de las cuerdas coincide asombrosamente con el Beethoven del Himno a la Alegría. Pero por entonces nada sabía el genial jovencito austríaco…

Que tengan un día sereno, a buen resguardo de la pandemia, ¡y feliz fin de semana!

 
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