martes, 24 de febrero de 2009

Historia de dos hermanos


Baudelaire fue hermano de Poe.
El vínculo entre ambos poetas constituye, de hecho, un episodio sorprendente —incluso conmovedor— en la famélica historia del reconocimiento humano.

Ambos nunca se conocieron personalmente, ni siquiera por vía de intermediarios. Baudelaire descubrió la obra del escritor norteamericano de manera fortuita, durante una visita a un club literario. Pero desde que su aguda inteligencia se deparó con Poe, una especie de temblor lo sacudió. Sintió una afinidad tan profunda como nunca más la tuvo con nadie; afinidad de ideas y de ideales, de visión y propósito. Años más tarde consagraría tiempo y genio a traducir las “Narraciones Extraordinarias”, llegando a un resultado único en la lengua francesa por atrapar no sólo la idea exacta, sino incluso el juego de sonoridades que cada lengua trae consigo. Precisamente aquello que se considera intraducible.

La admirable biografía que François Porché dedicó a Baudelaire destina dos capítulos al encuentro ideal de estos dos grandes creadores, de una forma tan elocuente y emocionante que me siento obligado a compartir aquí, poco a poco, fragmentos de dicha narración.

Estoy seguro que será una historia gratificante.

sábado, 14 de febrero de 2009

Albatros


Más allá de la época y las convenciones que la foto capturó, subsiste en ella la mirada taladrante de Baudelaire. Los ojos oscuros, agudos, conservan toda su fuerza de interpelación. Él hizo del arte una forma de sacerdocio. Le dedicó todas sus fuerzas. Se consumió para engendrar su obra, que intuía con urgencia todos los días. Nunca se sintió derrotado pero sí lleno de cólera. Sacó de sus viejos bolsillos diamantes negros, brillantes y afilados, para crear con ellos lo que Víctor Hugo denominó “un estremecimiento nuevo”.

El primero de los “Poetas Malditos” creó, pues, una expresión nueva en la poesía; transformó las palabras en una alquimia de conceptos reversibles en sensaciones y emociones, alzando a la lengua francesa como la más brillante de la literatura occidental; un logro que pronto consagrarían Rimbaud y Verlaine, tan perseguidos como Baudelaire por el perro negro del infortunio.

A este fundador de la modernidad lo embarcaron de joven en un viaje a través del mar, para “reformarlo” lejos de París. Pero él, un contemplativo que veía el mundo como un repertorio de símbolos, sólo se encontró a sí mismo en una criatura del mar, el albatros. Regresó del viaje con un poema desafiante en que habla del poeta como de un grandioso incomprendido... dejando cabida en las líneas finales a todos los demás albatros que sobrevuelan la vida.



EL ALBATROS

Por divertirse, a veces, suelen los marineros

cazar albatros, grandes pájaros de los mares,
que siguen, de su viaje lánguidos compañeros,
al barco en los acerbos abismos de los mares.

Pero sobre las tablas apenas los arrojan
esos reyes del cielo, torpes y avergonzados,
sus grandes alas blancas míseramente aflojan
y las dejan cual remos caer a sus costados.

¡Qué torpe es y qué débil ese viajero alado!
Él, antes tan hermoso, ¡qué cómico en el suelo!
Con una pipa uno el pico le ha quemado,
otro imita, rengueando, del inválido el vuelo.

El Poeta es como ese príncipe de las nubes
que puede huir de las flechas y el rayo frecuentar;
en el suelo, entre ataques y burlas exiliado,
sus alas de gigante le impiden caminar.


viernes, 13 de febrero de 2009

Mientras dura la ausencia...


Estoy de vacaciones, cierto, pero no quiero abandonar a los buenos amigos que visitan este rincón esporádicamente. Para ellos, un obsequio con que entretener la espera: los Deutsche Volkslieder de Johannes Brahms.

Estas obras corales a capella consisten en arreglos efectuados por Brahms a partir de canciones populares que estimaba y recopilaba. El estreno corría a cargo de las agrupaciones corales que él mismo accedió a dirigir en Viena, contra su costumbre de no vincularse a un cargo estable que le mermara independencia.

La conocida relación de Brahms con la música folclórica se prolongó durante su vida entera, y tuvo sobre sus composiciones una influencia tan amplia como la música de los maestros antiguos. De otro lado, la polifonía vocal o el coral luterano iluminan muchas veces las texturas instrumentales de sus creaciones. Así pues, oír estas piezas deleitará a los brahmsianos tanto como a los amantes de la música coral.

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B R A H M S

Vierzehn deutsche Volkslieder WoO 34
Zwölf deutsche Volkslieder WoO post.35

> D O W N L O A D <

N D R - Chor
(Coro de la Radio del Norte de Alemania)
Edith Mathis, soprano solista (en 'Altdeutsches Kampflied')
Dir. : GÜNTER JENA / Grabaciones de 1981 & 1982

MP3 VBR (LAME 3.94b) ~ 88 MB



 
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