Una urraca muy ladrona...
Si hay un compositor capaz de inyectar ánimos, ése es el gran Rossini. Y más con su “receta personal”: los crescendi de sus geniales oberturas, es decir, el aumento progresivo del volumen sonoro y la masa instrumental hasta alcanzar una detonación/catarsis. Aun cuando este recurso técnico no ofrezca hoy la novedad de su día, sigue provocando efecto en esas páginas chispeantes. Asombra enterarse que su autor las escribía a toda carrera y además aconsejaba hacer lo mismo; según él, la extrema urgencia acicateaba la creatividad... El caso es que Rossini, maestro de la música teatral, supo calar en sus auditorios; llegó a ser un pop star de talla europea, acaparando más fama que gigantes contemporáneos como el mismísimo Beethoven. Famoso a los 20 años, Rossini se retiró de la composición a los 37, en la cúspide de su fama, cuando había dado a la ópera bufa el mismo nivel de exigencia vocal que su variante seria. El suyo será uno de los más extraños silencios de la historia musical...
Pero nos queda su música. Fue un autor prolífico y extraordinariamente dotado para la melodía, para el efecto preciso en el momento justo, de inspiración rápida y habilidoso orquestador que dedicó tiempo a estudiar las partituras de los clásicos alemanes (Haydn, Mozart...), lo cual sorprendía a sus colegas italianos y le mereció el apodo de il tedeschino (el alemancito). Esta curiosidad autoformativa benefició su estilo y lo situó varios peldaños arriba de sus rivales. La bullanga festiva de sus oberturas en realidad nunca sale de madre, aunque lo aparente.
Justamente esa virtud —el descontrol bien planificado— es explorada por el legendario director húngaro Fritz Reiner, músico genial aunque también cruel, que tanto sabía pulir el talento de sus dirigidos como atormentar sus debilidades. Su obra maestra fue la Sinfónica de Chicago, convertida en una verdadera máquina de virtuosismo infalible.
Esta combinación nos legó una selección de oberturas de Rossini grabadas en 1958. La perfección técnica y la belleza musical de la orquesta de Chicago es asombrosa, firmando interpretaciones ejemplares de estas obras como pocas veces habrán oído. Hay, eso sí, una cuota de “ferocidad” emanada del gran director que puede alterar un poco el estilo, pero que no enturbia el altísimo quilate de sus resultados. Disfrútenlo ustedes, queridos amigos y amigas, y tenga un excelente fin de semana.
MP3 ABR 256 kbps | 6 tracks | RAR 84 MB
4 comentarios:
Gracias. Sus posts hacen que la música resulte más interesante. Si hablara de comidas, diría que, con su aliño, saben mejor.
Muchas gracias por sus palabras!
Thanks for this wonderful music, when I'm feeling blue I like to listen to these melodies - and I'm already up again!
Very much appreciated!
Woody
Thank you so much, Woody!!
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