sábado, 15 de mayo de 2010

LEPO SUMERA [3ª Parte] LA REVOLUCIÓN CANTANTE


por Ernesto NOSTHAS



La Revolución Cantante es el término mediático más difundido para los acontecimientos políticos que tuvieron lugar en las Repúblicas Bálticas desde 1987 a 1991, en los cuales Estonia fue protagonista principal. Como resultado de este proceso cultural y político, las Repúblicas Bálticas se independizaron de la hégira soviética a fines de 1991.

El término fue acuñado por el activista estonio Heinz Valk en una nota periodística que dio la vuelta al mundo en junio de 1988, describiendo la vigilia realizada por más de 300 mil personas en el Festival de la Canción de Tallin entre el 10 y 11 de junio de ese año.

Este fue un ejemplo del poder de la cultura para expresar un mensaje político de libertad y democracia. En esos días, Lepo Sumera era el Ministro de Cultura de Estonia y fue un actor clave para abrir los espacios culturales estatales e incentivar la expresión política de la sociedad civil a través del arte.



Como recordarán, a consecuencia de los Acuerdos que dieron fin a la Segunda Guerra Mundial, los Estados Bálticos fueron ocupados militarmente por la URSS en 1940 y luego anexados formalmente por Stalin en 1944.

Gracias a los espacios que se generaron a partir de las reformas políticas introducidas por Mikhail Gorbachev en 1985, la opresión a la expresiones políticas fueron paulatinamente eliminadas y con ello los estados no-rusos anexados a la URSS empezaron a gestar movimientos independentistas, los cuales fueron incentivados por la política de Gorbachev de hacer del conocimiento público las atrocidades cometidas durante las anexiones realizadas en 1940, junto con las fallidas políticas rusas de la invasión a Afganistán y el escándalo tras el incidente nuclear en Chernóbil.

Los Estados Bálticos fueron escenario de masivas marchas pacíficas que culminaban con el canto al unísono por cientos de miles de personas de canciones patrióticas, himnos nacionales (reprimidos desde la Anexión de 1940) y exhibiciones públicas de los símbolos patrios. En todos estos acontecimientos, sigilosa y diplomáticamente, el Ministro de Cultura Estonio, el compositor Lepo Sumera, facilitaba los espacios a los organizadores para desarrollar estas actividades. En estos años, en todas las actividades culturales se daban masivas manifestaciones pacíficas de cantos y vigilias.

El clímax de este movimiento se dio en septiembre con los masivos actos realizados en el Festival de la Canción de Estonia, la cual reunió a más de la cuarta parte de la población total de la nación en la Arena de Festivales de Tallin y sus alrededores. Más de 300 mil personas se tomaron de la mano y cantaron durante más de cinco horas seguidas canciones populares y el Himno Nacional Estonio.


Esta demostración dio pie para que el 16 de noviembre de 1988, la Asamblea Nacional de Estonia emitiese la Declaración de Soberanía. Luego de ello, Estonia fue en 1990 la primera nación soviética en desafiar abiertamente al poderoso Ejército Rojo, al emitir una convocatoria para un Servicio Militar Alternativo Estonio para los jóvenes en edad de prestar su servicio militar. Pese al ingreso de un convoy de tanques a Tallin a principios de 1991, la sociedad civil protegió con murallas de escudos humanos “cantantes” las sedes de las estaciones de televisión, las Radios y el Congreso. En medio del acoso, el Gobierno Estonio emitió una Declaración de Independencia y repudió la legislación soviética instaurando un Gobierno de Transición y convocando a elecciones libres.

El 22 de agosto de 1991 la pequeña Islandia fue la primera nación en reconocer la independencia estonia, y partir de ello, luego de algunos infructuosos intentos de ocupar la nación y sus instituciones, ante las cuales nuevamente los muros humanos cantantes fueron los defensores, la URSS entregó su reconocimiento, aceptando su derrota.

En conmemoración de esos hechos, la pequeña plaza que está enfrente de la Cancillería de Estonia cambió su nombre a Islandi Väljak 1, o "Plaza Islandia 1". En la placa que fue colocada en el centro de la plaza se lee:
“La República de Islandia fue la Primera Nación del Mundo en reconocer el 22 de agosto de 1991 la Restauración de la Independencia en la República de Estonia.



1 comentario:

Elgatosierra dijo...

Ernesto, ojalá todas las revoluciones fueran musicales como ésta, y los pueblos consiguieran sus libertades disparando canciones al aire.
Yo propondría como patrón a Schubert y como ayudante a Sumera. JAJAJA
Muchas gracias por esta lección de historia actual, de la que tanto tenemos que aprender.
Salud, paz, sonrisas y cordiales saludos.
Elgatosierra

 
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