La gata entra en la sala donde estamos reunidos.No es de Angora, no es persa
Ni de ninguna raza prestigiosa.
Más bien exhibe en su gastada pelambre
Toda clase de cruces y bastardías.Pero tiene conciencia de ser gata.
Por tanto
Pasa revista a los presentes,
Nos echa en cara un juicio desdeñoso
Y se larga.No con la cola entre las piernas: erguida
Como penacho o estandarte de guerra.Altivez, gatidad,
Ni el menor deseo
De congraciarse con nadie.Duró medio minuto el escrutinio.Dice la gata a quien entienda su lengua:
Nunca dejes que nadie te desprecie.
José Emilio Pacheco
No hay comentarios.:
Publicar un comentario