martes, 8 de octubre de 2013

poesía | JOSÉ EMILIO PACHECO


PachecoGATIDAD


La gata entra en la sala donde estamos reunidos.

No es de Angora, no es persa
Ni de ninguna raza prestigiosa.
Más bien exhibe en su gastada pelambre
Toda clase de cruces y bastardías.

Pero tiene conciencia de ser gata.
Por tanto
Pasa revista a los presentes,
Nos echa en cara un juicio desdeñoso
Y se larga.

No con la cola entre las piernas: erguida
Como penacho o estandarte de guerra.

Altivez, gatidad,
Ni el menor deseo
De congraciarse con nadie.

Duró medio minuto el escrutinio.

Dice la gata a quien entienda su lengua:
Nunca dejes que nadie te desprecie.


José Emilio Pacheco

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