sábado, 3 de julio de 2010

SINDING: SINFONÍAS 1 y 2

Hans Dahl: «Muchacha caminando frente al fiordo»

Pensar en la música clásica de Escandinavia nos lleva invariablemente a un par de figuras estelares: Grieg y Sibelius. Por su fama se diría que ambos nombres resumen en sí mismos toda música posible en aquellas tierras. Pero no es cierto. La realidad se nos descubre distinta, más variada y mucho más interesante.

El lejano Norte responde a las mismas leyes de cualquier otro lugar: todo artista emerge de un contexto y toda gran obra se apoya en muchas otras no tan grandes. No tan grandes, cierto, pero muy importantes, como balas trazadoras que anticipan el tiro perfecto. Eso nos otorga un amplio territorio donde caben gratos descubrimientos, uno de los cuales, sin duda, es el compositor noruego Christian August Sinding (* Kongsberg, 11 Ene. 1856; † Oslo, 3 Dic. 1941).


Christian Sinding en su vejezEste prolífico autor corresponde a la generación inmediatamente posterior a Grieg, por lo cual fue visto como heredero natural del primer gran creador noruego. Al igual que éste, Sinding partió a perfeccionar sus estudios en el Conservatorio de Leipzig, donde fue alumno de Salomon Jadassohn. Sinding pasaría en Alemania largos 40 años de su vida, asimilando los modelos musicales de la órbita germana: Schumann, Liszt, Strauss y especialmente, Wagner. Esta impronta germánica concierne a la música sinfónica de Sinding, tonal, bien orquestada, atractiva, contrastada, pero no innovadora; en cambio, sus creaciones de cámara siguen de cerca la pista de Grieg.

El gobierno noruego le concedió ayudas económicas regulares desde 1880, que se convertirían en pensión anual a partir de 1910. En efecto, para entonces Sinding se había hecho un nombre en toda Europa, y en Noruega fue homenajeado como el compositor más grande desde Grieg. Sin embargo, esa fama se eclipsó desde su muerte.

Una comprensible razón fue la agria etapa que atravesó entonces Occidente, con el alzamiento de los nacionalismos criminales y la desolación de la postguerra. En 1941, ocho semanas antes de fallecer, Sinding se afilió a la sucursal noruega del partido nazi… o al menos eso consignaron los documentos, porque la voluntad y lucidez del compositor estaban perdidas para entonces: sufría demencia senil desde la década anterior. Como sea, la vida noruega de postguerra lo ignoró, hasta que el paso del tiempo permitió un análisis más sereno de toda aquella circunstancia — aun así, la controversia no se ha agotado.

Vigeland

Esculturas del Parque Vigeland, Oslo


Es comprensible que el posrromanticismo de Sinding lo haya alejado de los gustos y estilos europeos de mediados del siglo XX. No obstante, la calidad y belleza de sus sinfonías, particularmente la primera de ellas —considerada la mejor de las cuatro que escribió— ameritan el homenaje de este blog a su indiscutible talento.
Disfruten las Sinfonías n° 1 en Re menor y n° 2 en Re mayor de Christian Sinding, en la interpretación de la Orquesta de Radio Noruega...

AQUÍ

2 comentarios:

David Revilla Velasco dijo...

Un compositor muy interesante, aunque muy ecléctico y progresivamente demasiado vencido por la figura de Wagner (en la Segunda Sinfonía escucharéis citas bastante explícitas), sin duda un músico de gran calidad. Lo mejor de su obra está en sus primeros años, como la Primera Sinfonía, etapa más nacionalista y original. Fue amigo personal de Sibelius y compañero de estudio durante un año en Berlín. A mi juicio esa Primera Sinfonía (escrita en la década de 1880) influyó muchísimo en Sibelius, en especial en Kullervo (1892), su primera gran obra.

q u i n o ƒ ƒ dijo...

David, un gusto leerte. Muchas gracias por el "encuadre" estético a la figura de Sinding. Valioso apunte aquello de la influencia sobre el Sibelius temprano!

Un abrazo,
J.

 
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