Cante, toque y baile
en el flamenco todo es Arte
Volvamos a los apuntes de nuestro amigo Elgatosierra acerca del Flamenco. En esta ocasión visitaremos de nuevo uno de los palos fundamentales:
El cante por SOLEÁ se compone de dos fragmentos cadenciales de cerca de ocho compases cada uno, repitiéndose éstos de forma más ornamentada, resultando 4 tercios (versos melódicos). El primer fragmento se realiza sobre los dos primeros versos de la copla, al que sigue un ritornello instrumental, tras el cual se canta el segundo fragmento. Se repite el primero y por fin el cuarto, que suele ser repetición del segundo. Esto da un total de 32 compases. Las repeticiones no se hacen siempre, por lo que esta medida puede considerarse académica.En los estilos trianeros destaca la estructura clásica con extensiones melódicas que van del grave al agudo, o bien se canta entera en el registro agudo.
La SOLEÁ ha sido siempre unos de los géneros que más han utilizado los guitarristas flamencos de concierto en sus composiciones, ya que la elasticidad de su compás y sus estructuras tanto armónica como melódica la convierten en un género ideal para su recreación en la guitarra flamenca.La estrofa sobre la que se canta la SOLEÁ es de cuatro o tres versos octosílabos con temática triste, contrariamente a lo que eran las coplas de jaleo.El tema central de las letras por SOLEÁ, según González Climent, es la experiencia vital.Cuando las bailaba la mujer, según Pepe de la Matrona, se llamaba giglianas y cuando era un hombre, jaleos. Se trata, sin embargo, de un baile muy apropiado para la mujer debido a la profusión de movimientos de brazos, caderas y cintura.
- Y dejaré aquí dos SOLEARES más: la primera “Alma gaditana”, unas SOLEARES DE BAILE por Sabicas y Castellón al toque y La Mejorana al baile:
- y la segunda, “En el puente de Nicoba”, unas SOLEARES DE GUITARRA por Niño Miguel al toque:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario