miércoles, 27 de julio de 2011

GRANADOS



Quienes hayan usado hoy el buscador de Google en su página española, se habrán encontrado con un doodle celebrando los 144 años del natalicio de Pantaleón Enrique Joaquín Granados y Campiña... al que la Historia reconoce más sencillamente como Enrique Granados. Nacido en Lérida, trasladado a Santa Cruz de Tenerife y finalmente a Barcelona, el muchacho pronto daría a conocer su voz mediante el piano.


Por esos caprichos del arte, su figura es siempre recordada como contrapunto al otro gran compositor español de su época, el maestro Isaac Albéniz, y además evocando a otra “dupla” de genios asociados al piano, como fueron Liszt y Chopin. Aun así, la comparación tiene alguna utilidad didáctica. Pues, en tanto Liszt cultivó un pianismo enérgico, afirmativo y, digamos, aventurero, Chopin desgranó una música más dada a lo íntimo, lo poético y lo sugerente. Así también, frente al carácter opulento, virtuosístico y emprendedor de Albéniz, el arte de Granados persigue una mayor finura de elaboración, una más notoria poesía expresiva. No obstante, y como ya sabemos, estas comparaciones no deben tomarse al pie de la letra.

La época del maestro Granados era la de una España en pugna contra una dolorosa sensación de decadencia. Una España que indagaba su pasado en pos de “tónicos de la voluntad”, usando la expresión de Don Santiago Ramón y Cajal, otra lumbrera de esos tiempos. Granados encontró en el gran Goya esa piedra lumbre que encendió su inspiración.

El pelele

«El Pelele» / óleo sobre lienzo de Goya, 1791-1792.
Abajo, la versión pianística de Granados

Inspirándose en cartones para tapices del pintor sordo, Granados compuso en 1911 una suite para piano titulada Goyescas, a partir de la cual escribió luego, en 1915, una ópera homónima con libreto de Fernando Periquet. Los sucesos de la Primera Guerra Mundial impidieron su llegada a la Ópera Garnier, de París, por lo cual el estreno de la obra se trasladó al Metropolitan Opera de New York, EE.UU., el 28 de enero de 1916, cosechando un resonante triunfo. Por desgracia, sería el último que disfrutaría el genial compositor; en el viaje de regreso a Europa, su transporte, el vapor Sussex, fue torpedeado por un submarino alemán, partiéndose en dos. La proa se hundió en seguida arrastrando a ochenta personas, entre ellas el maestro español y su esposa, a quien trató de rescatar inútilmente. ¡Imbecilidad de la guerra!

vapor Sussex

Vaya hoy nuestro homenaje a este gran artista y mejor persona, cuya memoria sigue viva y saludable entre nosotros.

4 comentarios:

Julio Salvador Belda Vaguer dijo...

Maravilloso querido Quinoff. ¡Qué razón tenía D. Santiago! Estupendo aporte.

leiter dijo...

Granados ha sido la cima de la música romántica en España. Yo creo que fue el compositor más puro de su época, el más intimista, como en esa interesantísima comparación que has establecido entre Chopin y Liszt. Algo tiene que tener su música ya que consigue cambiarme de ánimo con facilidad, entre un colorido hipnótico que no deja de generar melancolía espiritual.

Nunca me deja indiferente Granados. En ocasiones, y lo digo con la máxima de las prudentes reservas, me acerca un tanto a Rachmaninov. Me sirve como puente ya que mi estado de ánimo ha sido moldeado previamente por Granados. Es un poco difícil de explicar.

Por lo demás, estupenda entrada, maestro Joaquín. Un post muy emotivo.

Un abrazo, amigo

q u i n o ƒ ƒ dijo...

Gracias, Salvador y Leiter!
Sobre la definición de Granados como la cima de la música romántica en España, no puedo estar más de acuerdo. Aunque no lo puse en el texto de la entrada, personalmente siento que Granados es a la música de España lo que Gustavo Adolfo Bécquer es a su literatura. Románticos plenos, no imitaciones; artistas de radiante personalidad, cuyos mundos expresivos cautivan fácilmente.

Curioso el rol “mediador” de Granados en pro de Rachmaninov. Haré la experiencia.

Abrazo a los dos, mis amigos.

Julio Salvador Belda Vaguer dijo...

Querido Quinoff será un trabajo de interés ese paralelismo que apunta Leiter. No anda muy lejano de las sensaciones que transmite Granados.
Un abrazo a ambos igualmente.

 
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