miércoles, 8 de junio de 2011

FLAMENCO: la SOLEÁ / 1


Cante, toque y baile
en el flamenco todo es Arte


George Owen Wynne Apperley

«Andaluza» / Acuarela de George Owen Wynne Apperley, 1924


Sigamos con las notas de Elgatosierra repasando los palos del Flamenco. Hoy le toca turno a uno de los más notables:


Vamos hoy con la SOLEÁ, un complejo genérico, que nos demandará más de una entrada por su extensión y profundidad.

  • Nuestro Diccionario nos dice que la ‘soledad’ (que no SOLEÁ) es una “tonada andaluza de carácter melancólico, en compás de tres por ocho”, además “copla que se canta con esta música”, y “danza que se baila con ella”.

  • La Wiki nos dice que “la soleá es un cante o palo flamenco. Puede ser bailado por una bailaora solista, de gran expresividad. La primera soleá interpretada de la que se tiene noticia se atribuye a la cantaora gitana Andonda.

    Como Baile se presta mucho al lucimiento de la bailaora, que puede ejecutar movimientos típicamente femeninos con brazos y cuerpo, acompañados de zapateados.

    La bailaora llama la atención con el movimiento de sus caderas, su desplante y su seriedad. La soleá tiene un tempo lento y pesado, aunque su compás es igual que el de las alegrías y bulerías, pero con otro carácter.

    Como Cante, su esquema rítmico sería: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12. Las negritas marcan la nota fuerte del compás.

    Su compás musical es ¾; su tonalidad menor (LA menor o RE menor), y terminada en acorde de dominante (modo dórico).

    El cante por soleá posee un amplio abanico de estilos y variantes, identificándose los más importantes en puntos geográficos concretos:

    • Soleá de Triana: El barrio de Triana, en Sevilla, ha sido el núcleo fundamental de este cante.
    • Soleá de Cádiz: Dentro de esta variedad, existen varios estilos con importancia.

    • Soleá de Jerez: De la que surgen diferentes estilos.

    • Soleá de Alcalá: Endémica de la población de Alcalá de Guadaira.

    • Soleá de Utrera: En Utrera se desarrolló una variante de la soleá de Jerez.

    • Soleá de Córdoba: Derivación de la soleá de Triana.

    Por último, otro estilo significativo de la soleá sería la soleá apolá, que nace al rematar el polo con una soleá”.


Bailaora de Flamenco / Fabián Pérez


Y vamos con nuestro amigo Faustino Núñez, quien nos informa que al igual que la seguiriya, la SOLEÁ es, además de un género flamenco, un complemento genérico que agrupa a otros géneros como el polo, la caña, las cantiñas y las bulerías.

El nombre tiene su origen en la deformación idiomática de soledad —SOLEÁ—. Etimológicamente, opina Karl Vossler en su “Poesía de la soledad de España”, se atribuye a este sentimiento poético el origen del nombre de este cante flamenco (canto de soledad). Otros autores creen que procede de sol, solar o solera. Andrés Salom lo emparienta con una tonada relacionada con el solear de aceitunas o tonada del soleo, propia de los gitanos aceituneros.

También se relaciona en le origen de la designación de SOLEÁ con el latín solor, y su significado de aliviar el trabajo con el canto.

Existen unas canciones de cuna de la provincia de Zamora llamadas soleás, y otras que designan un canto de esquilar ovejas en Extremadura, y también su suele emparentar la SOLEÁ con la palabra portuguesa saudade.

El Albaicín, de noche

El Albaicín, célebre barrio granadino, al anochecer

La SOLEÁ puede considerarse como el perfecto equilibrio del cante flamenco, al albergar su estructura musical gran parte de los elementos rectores de la estética musical flamenca.

En el profeso de aflamencamiento, la SOLEÁ, tal y como la concebimos en la actualidad, pasó de ser cante para acompañar el baile a ser cante para escuchar ralentizando sensiblemente su compás.

Ya en 1858 encontramos “la soleda”, formando parte de un jaleo andaluz junto al polo, el granadino y las corraleras, en el teatro principal de Jerez de la Frontera.

En 1879 Antonio Machado atribuye a una cantora llamada Soledad la creación de este género basándose en las coplas de jaleo (soledades de cuatro versos que pueden acomodarse a la música del polo, tonás, livianas y cañas).

«Sevilla. El Baile» / Óleo de Sorolla (detalle)

Sin embargo podemos considerar que a partir de 1860, la SOLEÁ para escuchar obtiene personalidad propia. Demófilo apunta que las soledades propiamente dichas son las llamadas tercetas de Osuna o coplas de jaleo bailables.

Rodríguez Marín indica que las coplas de jaleo eran más ligeras que la SOLEÁ, teniendo la misma música, lo que abunda en la teoría de que los jaleos pudieron ser los promotores de la SOLEÁ.

Hasta 1870 se llaman jaleos, y sólo al irse desligando del baile y adquiriendo carácter de creación personal y para escuchar, comienzan a llamarse SOLEARES.

Cuanto más antiguas son las SOLEARES, más ligero es su compás; y los jaleos de Jerez y de Cádiz, tan populares en los años del nacimiento de la SOLEÁ, así como el polo, la caña, los tres con la misma métrica, parecen ser entonces los antecedentes de este género que tuvo su auge en los años de esplendor de los cafés cantantes (de 1870 en adelante).

Otro género emparentado con los orígenes de la SOLEÁ es el olé
(que se canta para cerrar la caña); el cante por SOLEARES sería entonces el correspondiente a una serie de olés sin la caña.

Existe en los orígenes de la SOLEÁ un mayor número de mujeres que aparecen como cantaoras de este género, cuando no se había aún desprendido de su carácter bailable.

Navarro Rodríguez cree que el mítico Tóbalo fue el creador de la SOLEÁ. Por otra parte La Andonda, cantaora trianera que fue amante de Fillo, también suele ser considerada como la primera que cantó por SOLEÁ, aunque parece ser que fue entre la época del cantaor El Loco Mateo (finales del XIX) y Juaquini (principios del XX), cuando la SOLEÁ se consolida como género para escuchar, como cante grande.

Hasta aquí el texto por hoy, luego continuaremos…
  • Y dejaré ahora cuatro ejemplos de SOLEARES: el primero, unas SOLEARES DE CÁDIZ, “Al que no sepa distinguir”, por Pericón de Cádiz al cante con Melchor de Marchena al toque:



  • el segundo unas SOLEARES DE TRIANA, “Santa Justa y Rufina”, por Antonio Mairena al cante y Melchor de Mairena al toque:



  • el tercero unas SOLEARES DE ALCALÁ, “A pesar de tanto tiempo”, por Fosforito al cante y Paco de Lucía al toque:



  • y la cuarta unas SOLEARES DE JEREZ, “Me da miedo quererte”, por Sernita de Jerez al cante con Manuel Morao al toque. ¡Casi ná!:




4 comentarios:

Julio Salvador Belda Vaguer dijo...

Querido Quinoff, precioso artículo, precioso. Sigo los correos aunque me cuesta tomar el ritmo. Un abrazo.

q u i n o ƒ ƒ dijo...

Querido Julio, me alegra que te haya gustado este artículo de nuestro Gatosierra. Tú tranquilo con los correos, a todos nos falta el tiempo a veces. Un abrazo!

afterbach dijo...

Gracias, apreciado Quinoff. Excelentes estos artículos sobre los palos del cante. Lo orientan a uno en cuanto a la audición y el disfrute del flamenco. Toda la vida he sido un amante incondicional del flamenco; no soy músico, razón por la cual mi disfrute del mismo, no ha sido el de un flamencólogo, sino de el de un dilettante intuitivo. A veces pienso que, a la larga, esa perspectiva es la mejor (es mi humilde opinión)... sin negar el hecho indiscutible de que el conocimiento, sobre todo cuando es bien dirigido bien dirigido y orientado de tal manera que no nos deje caer en la pedantería y el elitismo, ayuda mucho a profundizar la compleja entidad del cante jondo

Enhorabuena, pues, por estos instructivas reseñas que has venido publicando; espero que paulatinamente vayas abarcando el completo abanico de los palos flamencos

¡¡Un saludo, mi querido hermano de sones!!
(Unidos siempre en el amor a la Música)

NOTA: Encantado al ver que conservas el slogan... "Cante, toque y baile, en el flamenco todo es Arte"

q u i n o ƒ ƒ dijo...

Estimado afterbach, primero que nada gracias por tu visita. Sobre el Flamenco, claro que sigue en su lugar tu slogan, certero. Estos post los envía generosamente Elgatosierra, y créeme que compendian con riqueza y minucia el arte del flamenco. Si no no han aparecido más en esta página, soy el único culpable, por la necesidad de tiempo para colgar dignamente los artículos. Pero hay material de sobra para prometerte unas suculentas próximas estaciones.

Coincido en la importancia que das a esa frescura de espíritu para relacionarse con el arte. Estas reseñas están pensadas para nutrir el entusiasmo por el flamenco, apartando todo ánimo pedante. Eso caracteriza a Elgatosierra.

Un saludo, querido amigo!

 
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