viernes, 10 de abril de 2009

LAS SIETE PALABRAS


La música sacra y especialmente la que se orienta a la muerte de Cristo, asombra. Hay en ella una forma superior de lamentación —un llanto de integridad, si se pudiera decir así— que no aplasta ni rebaja a quien lo demuestra, sino que lo enaltece y hasta lo corona con cierta grandeza. Este logro único acabó convertido en modelo ejemplar del dolor humanizado; un dolor ajeno a toda desesperación, que brota de motivos serios, que padece razones trágicas pero también dimana paz e incluso ternura, siendo capaz de conmover tanto como de reconfortar.
Si el dolor es la expresión más indesmentible de nuestra precariedad, esta mirada nueva, que en vez de repudiarlo le otorgaba sentido, movió el corazón de los artistas inspirando un largo caudal de obras maestras. Diría más: el propio arte occidental procede en gran medida de este manantial.

SchützTodos oyeron hablar de la Pasión según San Mateo, de Bach. Pocos conocen en cambio Las Siete Palabras, de Schütz. Obra más antigua, con cierto sabor arcaico pero de cuya línea nacerían después las pasiones bachianas, este oratorio viene de un tiempo en que los estilos “modernos” eran incipientes, los grandes polifonistas todavía caminaban sobre la tierra y los códigos armónicos no alcanzaban el grado de organización rigurosa que les daría Rameau. El aliento medieval y aun más antiguo del gregoriano, las novedades venecianas de su maestro Gabrieli, la tradición flamenca y, en fin, la forja de la adversidad en una Alemania azotada por la Guerra de los Treinta Años, llevaron a Schütz a un genial punto de síntesis. Sería, sin embargo, un gran genio solitario, sin discípulos ni equivalentes inmediatos. Su voz intemporal sería olvidada en el siglo de Bach, para volver a levantarse a mediados del siglo XIX.

Cuando alguien me puso frente a esta creación de Schütz en años adolescentes, se limitó a presentármela así: “Si quieres oír lo sublime, escucha esta música”. Hoy, mucho tiempo después, no tengo nada mejor que añadir.

Comparto mi versión favorita: la del Dresdner Kreuzchor, dirigidos por el gran Rudolf Mauersberger. Su versión ilumina la noche como un relámpago — schütz, en alemán.



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S C H Ü T Z


Die Sieben Worte Jesu Christi am Kreuz


Peter Schreier, Theo Adam y otros

Dresdner Kreuzchor

Rudolf Mauersberger

Registro de 1967


MP3 320 Kbps (LAME 3.92) • 52,1 MB


> D O W N L O A D <

1 comentario:

q u i n o ƒ ƒ dijo...

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