El heredero a su pesar...
Hay elogios que matan. Desde que
Schumann escribiera con impulsiva generosidad su artículo
“Nuevos senderos”, presentando a
Brahms como legítimo Mesías de la música alemana, el genio de Hamburgo quedó situado en el ojo del huracán. Era demandado a convertirse en
el heredero de Beethoven; y qué mejor que escribir una sinfonía para certificarlo. Sin embargo, la orgullosa apariencia del muchacho era sólo el caparazón de un hombre sensible e inseguro de su propia potencia creadora, para quien la comparación con Beethoven empezaba a pesar como una lápida.
En 1857, un año después de la muerte de Schumann, Brahms aceptó un puesto en la corte de Detmold, pequeña ciudad de Westfalia, donde tendría su primer acercamiento profesional con la orquesta. Pero en vez de firmar una sinfonía, crearía su Serenata en Re mayor, Op. 11.La serenata instrumental había tenido grandes cultivadores en el siglo XVIII, pero a mediados del XIX se la consideraba una forma anticuada. Aun así —o precisamente a causa de esto— Brahms fijó su atención en ella, percibiendo las posibilidades que el resto no quería ver. Era, sin duda, un acto audaz. Y también una característica fundamental de su estética: recuperar formas caducas e infundirles nuevo brío. Como diría él mismo al fin de su vida, “he puesto vino nuevo en odres viejos”.Disfruten esta Serenata núm. 1 en Re mayor de Brahms a manos de un intérprete excepcional que recomiendo con ahínco: el holandés Frans Brüggen, dirigiendo la Orquesta de Cámara de la Radio de Amsterdam, en una grabación en vivo de 2003. La versión es preciosa. Las menores dimensiones de la orquesta benefician las sutilezas instrumentales, dando espacio a la audición de detalles que parecen nuevos. Prefiero esta interpretación a muchas otras. Vean ustedes por qué, AQUÍ.
4 comentarios:
Hola, muchas gracias por tu visita a mi blog. Espero que puedas leer las cuatro entradas sobre Brahms, en su 175 aniversario. Son artículos de viejas revistas y siento que desaparezcan, por eso los publico para que más gente los pueda conocer.
Me ha gustado conocer tu blog, veo que también te gusta Brahms y la música clásica. Te envío saludos!
Conocía las versiones tradicionales de esta preciosa Serenata por Kertesz, Boult y Haitink. Ésta de Brüggen con la Orquesta de Cámara de la Radio de Amsterdam, en vivo de 2003, me parece igualmente estupenda.
Un amigo me comenta que la de Mackerras con la Orquesta de Cámara Escocesa es igualmente estupenda.
Salud, paz y una sonrisa por favor.
Elgatosierra
Sí, Gato, la de Mackerras es muy buena, aunque a uno lo sorprende un poco pues emplea las trompas con esa emisión más vigorosa y más destemplada que, me parece, corresponde a la trompa natural. También la textura es más ligera, y al elegir el tempo no se olvida que es una serenata, no una sinfonía. ¡Mackerras sabe dirigir! ¿Has oído su versión de las sinfonías brahmsianas en edición corregida? Pues argumentaba que había bastantes errores en las ediciones que conocemos.
Link repuesto!
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