La Cuarta Sinfonía de Beethoven
En la década de los 40 del siglo pasado la Guerra que había iniciado Alemania se volvía en contra de ella misma, desbaratando poco a poco los sueños afiebrados de la camarilla hitleriana. La vida de los civiles hacía lo posible por aferrarse a una normalidad cada vez más socavada por la incertidumbre y el miedo. Wilhelm Furtwängler vivía en esa nación oscurecida. Se había negado a abandonarla, en un intento de preservar el espíritu de su legado musical (legado que él consideraba como el mayor aporte de Alemania a la cultura mundial). Pero pretender ser un alemán común en la Alemania nazi era sencillamente una ingenuidad. Los acontecimientos eran ineludibles y pesaban en la conciencia de todos.
La tensión acumulada era percibida también por Furtwängler, que la volcaba en sus interpretaciones frente a la Filarmónica de Berlín. Esas “grabaciones de guerra”, como se conoce a las de aquel lustro, delatan el desgarro, el malestar, el miedo a la catástrofe. Hoy escucharemos la Cuarta Sinfonía de Beethoven en un registro de 1943 donde esa emoción trágica se filtra en medio de la predominante amabilidad de la partitura.
Aunque un poco relegada ante sus poderosas hermanas Tercera y Quinta, esta sinfonía beethoveniana está caracterizada por su introducción, un concepto que Beethoven pudo heredar de Haydn y sólo repetiría, todavía más ampliado y genial, en la Séptima. Esta introducción es convertida por Furtwängler en un anuncio ominoso, inquietante, casi como un Capricho pintado por Goya.
«Estragos de la Guerra», grabado de Goya perteneciente a la serie «Los desastres de la guerra». A éste en particular se le considera precursor del «Guernica», de Picasso
Así, pues, escuchen hoy la Cuarta Sinfonía de Ludwig van Beethoven, en versión de Wilhelm Furtwängler frente a la Filarmónica de Berlín en 1943. Basta pinchar la imagen inferior.
5 comentarios:
Los últimos compases de la introducción son realmente terroríficos, bordados como si el tiempo fuera a detenerse. Los tutti parecen querer poner un freno a la alegría que se supone se va a desatar en la exposición del primer tema.
¡Portentoso!
Un abrazo, Joaquín
Hola quinoff, pasé a dejarte un abrazo y a deleitarme con tus espléndidos artículos, gracias.
Hola Adriana y Leiter, se agradecen sus saludos. Esta interpretación de Furt es un genuino portento artístico, y como suele ocurrir en este director, es tan personal que no sirve para comparaciones, pero así y todo consigue ser un Beethoven inobjetable. Rarísimo logro que escapa de las manos de la mayoría.
La Cuarta era una de las sinfonías de Beethoven que más amaba y que con más frecuencia interpretó Furtwängler. Por algo sería.
Música mucho más abstracta que la de sus poderosas y programáticas hermanas Tercera y Quinta, tiene los marchamos de la excelencia y la puridad, que la colocan en el Olimpo sinfónico. Poco a poco va llamando cada vez más la atención y en el futuro creo que será cada vez más popular. Interpretaciones como ésta harán mucho por ella.
Hay quienes preferirán las versiones mucho más modernas de Haitink con la Sinfónica de Londres para LSO LIVE, o la de Vänska (que bueno saber que este director no sólo es una autoridad en Sibelius, habrá que vigilarle de cerca JAJAJA) con la Sinfónica de Minnesota para BIS, o incluso la de Harnoncourt con la Orquesta de Cámara de Europa para TELDEC. Reconocemos que todas ellas son magníficas. Pero nosotros nos quedaremos con ésta por creer que tiene mucha más sustancia, incluso por delante de la del propio Furt con la Filarmónica de Viena para la integral de EMI.
En definitiva, ésta es nuestra cuarta.
Salud, paz, sonrisas y cordiales saludos.
Elgatosierra
De todas as fotos postadas neste Blogger nenhuma constrasta tanto o profano contra o Sagrado, quanto esta. Comunismo, a maior ameaça contra o cristianismo.
Mas: "as portas do inferno não prevalecerão contra a Igreja"
Jesus Cristo
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