Fragmento de la Quinta Sinfonía, mov. final. Se dice que Sibelius concibió este segmento al contemplar el paso de una bandada de cisnes (otros dicen que fueron grullas)
Las dos sinfonías más bienvenidas de Jean Sibelius han sido siempre la Segunda y la Quinta, si tomamos como barómetro su popularidad. Por supuesto que esa afirmación no equivale a una “canonización artística” y la cúspide del sinfonismo sibeliano se halla más bien en otras producciones. Pero, a lo que parece, estas dos obras han sabido robarse el corazón de los auditorios.
No obstante, existe un elemento que me llama la atención en este risorgimento finlandés, tan distinto al italiano: la recurrencia a la ancestralidad del mito para asentar su propia identidad. El Kalevala, ciclo mitológico compilado por Elias Lönnrot a partir de la tradición oral todavía vigente en el siglo XIX, es, como dice la Wikipedia, una “reminiscencia y conceptualización metafísica de la generación mítica del pueblo finés, a la manera de los cantares de gesta medievales”.
Es decir, aunque en términos formales Finlandia adoptó la moderna noción política de Estado acuñada por la Revolución Francesa, en términos psicológicos buscó los arquetipos de su identidad en sus tradiciones autóctonas más venerables. Sibelius sacó gran provecho de este cantero creativo, ya en sus poemas sinfónicos, ya en sus sinfonías. Estas últimas, aun sin ánimo descriptivo, demuestran un capacidad evocadora que nos remite, digamos “por afinidad espiritual”, a un modo de ser notoriamente receptivo de su naturaleza agreste.
Dos bardos fineses salmodiando el ancestral Kalevala / Era costumbre que los bardos, al tiempo que recitaban, mecieran sus cuerpos adelante y atrás, sentados uno frente al otro como en la fotografía. Gran parte de la poesía popular era cantada del mismo modo.
Hoy les ofrezco las Sinfonías 2 y 5 de Sibelius, exponentes rotundos de lo que podríamos llamar el estilo heroico del compositor, en donde el pensamiento musical abstracto refleja a la vez su talento «pictórico», su arte para generar grandes frescos mediante ideas fragmentarias que crecen en nitidez sucesivamente, obedeciendo una lógica interna muy meditada, o también, claro que sí, su consumada habilidad como instrumentador.
Cito a José Luis Comellas:
«Aliento épico, orquesta poderosa (puede recordar a Wagner, también a los mejores rusos, pero siempre con rasgos de originalidad muy personal), un descriptivismo muy vivo que nunca sabremos lo que describe, algunos fragmentos líricos que recuerdan canciones populares, pero, por mucho que busquemos, no encontraremos canciones populares parecidas, ni en Finlandia ni en ninguna otra parte. Podemos imaginarnos bosques umbríos, lagos helados, desenfrenadas carreras de trineo en noches de luna... (...) Lo cierto es que con aquella poderosa capacidad expresiva, utilizando todos los recursos de la orquesta, encontrando siempre frases originales que no parecen tener solución y alcanzan finalmente una desembocadura gloriosa y deslumbrante, se convirtió en el gran cantor de Finlandia, en el símbolo de su patriotismo irredento.»
Sus años de aprendizaje en Alemania dejaron huella en su música, y junto al ejemplo de Wagner (cuyo manejo de los instrumentos de metal le admiraba), Sibelius asimiló elementos de Bruckner, como el característico murmullo de las cuerdas antes de lanzar un tema.
» D E S C A R G AMP3 ABR ~ 205 kbps 48 kHz | 7 tracks | RAR 110 MB
2 comentarios:
Magnífico post. Felicitaciones. Como siempre genial.
C.S.B.
Muchas gracias Carlitoff!
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