viernes, 19 de octubre de 2012

BEETHOVEN según ARRAU


»Beethoven tocando para sus admiradores«, estudio de retrato por A. Grafle / El gran compositor dominó todos los recursos del teclado, empujando el desarrollo de la escritura pianística tanto como del instrumento mismo, dado su incesante afán por expandir su sonoridad y contundencia / En la lista de reproducción pueden elegir las interpretaciones de Arrau que quieran oír, de las cuales recomiendo el movimiento final de la »Appassionata«, estremecedor

Arrau y Beethoven fueron dos apellidos muy asociados en la interpretación pianística durante el siglo pasado. Claro está, y lo recalcamos, que garantizar un intérprete absoluto del genio alemán resulta prácticamente imposible, y no es mi ánimo quebrar lanzas en ese sentido —las preferencias varían y el tiempo trae siempre nuevas influencias— sino recordar algunas de las grandes versiones ofrecidas por el chileno en este repertorio, donde siempre se movió a sus anchas.

Arrau buscaba de manera muy metódica imbuirse con el «clima cultural» que rodeaba una obra, consciente de que toda creación artística es hija del contexto tanto como de la originalidad. Para Arrau, decir Beethoven era decir Schiller, era decir Napoleón, era decir Revolución versus Restauración, etc. Este enjambre de influencias sobre el compositor alemán queda registrado sobre todo en su producción dedicada al teclado. Pianista descollante él mismo, considerado por todos el mejor de Viena, encontró en ese instrumento el escenario más cómodo para ensayar las ideas que brotaron de su imaginación a lo largo de su vida. Pues, aunque la sordera lo obligara a abandonar su carrera como concertista, nunca lo separó del papel pautado.

Las sonatas beethovenianas ofrecen inagotables posibilidades de lectura. Las ideas bullen con una pujanza que a duras penas se sujeta a las barras de compás, y pide del músico un compromiso absoluto, tanto emocional como mental. Justamente esa implicación profunda fue una de las grandes virtudes de Arrau en su papel de intérprete. Hoy les ofrezco un disco que contiene tres de las sonatas más conocidas de Beethoven: la Patética, la Appassionata y la Claro de Luna. Versiones de inmenso valor todas ellas, pero especialmente en el caso de la Appasionata, de estremecedora expresividad.
...aquí

mp3 | VBR ~ 220kbps | 9 tracks | .rar 100,5 MB | scans |  uploading.com

  • LUDWIG VAN BEETHOVEN:
    Sonatas para piano nº 8 en Do menor, «Patética» / nº 23 en Fa menor, «Appassionata» / nº 14 en Do sostenido menor, «Claro de Luna»
  • CLAUDIO ARRAU, piano

    6 comentarios:

    Paul dijo...

    Querido amigo Quinoff. Veo que el enlace de mediafire está denegado. A ver si puedes volver a colgar este archivo.

    Decirte que sigo tu blog.

    Un cordial saludo.

    David

    q u i n o ƒ ƒ dijo...

    David, estoy arreglando el enlace. Tendré que alojar el archivo en otra parte, disculpen este imprevisto.

    q u i n o ƒ ƒ dijo...

    Enlace reactivado

    Laura Schwartz dijo...

    Arrau, un romántico!

    Anónimo dijo...

    Hola, disculpa pero tengo una duda que ojalá pudieras aclarar amigo Quinoff: estas obras se escribieron para pianos antiguos que tenían menos teclas, más pedales, etc... me imagino que lo que escuchamos ahora son "arreglos" ¿o no? o sea versiones con pequeñas modificaciones en la partitura para adaptarse al instrumento moderno... no soy músico y te agradecería si pudieras aclararme un poco el tema
    Gracias
    Jorge

    q u i n o ƒ ƒ dijo...

    Jorge: en el caso de Beethoven hay que tener en cuenta la evolución del piano como instrumento. Por cierto que nuestros pianos no coinciden con los que conoció y utilizó el maestro; pero tampoco eran exactamente iguales los que él empleó en su adolescencia y los que tuvo a su disposición en la vejez. En ese período relativamente corto, el piano recibió mejoras significativas, y Beethoven no fue ajeno al proceso. Intérprete consumado como era, expandió mucho las capacidades dinámicas del piano y planteó numerosas exigencias a los constructores de su época. No es exagerado pensar que el gran compositor escribió más allá del piano de su tiempo, tanto por sus innovaciones en la técnica de ejecución como por las demandas instrumentales. Ahí tienes, por ejemplo, que en la Appassionata llega hasta la nota más grave que admitía el teclado en su época, un Fa, mientras los fortíssimo abundan tanto como los acordes macizos que ejercen casi violencia sobre el piano de entonces.

    No es casualidad que Beethoven suene tan bien en nuestros pianos actuales; su música "los pedía".

     
    Ir abajo Ir arriba