En el día de la Patrona de la Música, Santa Cecilia, y por extensión «Día de la Música» en varios países, les traigo como obsequio una versión absolutamente memorable de la Cuarta Sinfonía, en Si bemol mayor Op. 60, de Ludwig van Beethoven. Se trata de un registro live del mítico Carlos Kleiber al frente de la Orquesta Estatal de Baviera el 3 de mayo de 1982.
Hay quien comparó esta versión con las maneras de Toscanini, por la primacía que otorga a la objetividad. Pero Kleiber hijo, perfeccionista durante los ensayos, siempre supo dejar espacio a la libertad de su inspiración. ¡Vaya un equilibrio difícil! Aquí respeta las insólitas indicaciones del metrónomo de Beethoven, en extremo vivaces sobre todo para el Finale, pero logrando que cada elemento suene bien articulado, integrado.
La ominosa introducción desemboca en gozosa alegría, el inspiradísimo segundo movimiento nos lleva a un remanso de contemplación, el chispeante minueto-scherzo logra una simbiosis de elegancia y desenfado, y el trepidante Finale nos sorprende con una agilidad sin límite. En fin, música con mayúscula. Disfruten esta maravillosa joya interpretativa del inolvidable Carlos Kleiber...
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mp3 | VBR ~ 224 kbps | 5 tracks | .rar 56,2 MB | scans | Yandex
5 comentarios:
Querido amigo Quinoff, maravilloso aporte para un día de festividad. Para todos aquellos que disfrutamos de la Música, un verdadero regalo.
Un abrazo.
Gracias Julio! Es uno de los registros más queridos para quien escribe, además de tratarse de un artista de talla genial como fuera Carlos Kleiber. Un gran abrazo en este día, querido amigo.
Ciertamente, esta grabación nunca alcanzó las cotas de popularidad de Quinta y Séptima del mismo director y autor por tres razones evidentes: El medio orquestal empleado, de menor calidad técnica que la Wiener, aunque aquí la Orquesta del Estado de Baviera cumple con sbradas garantías; el sello discográfico (ORFEO) de menor capacidad de difusión que DG; y el precio de ese CD en su época, exagerado para un compacto que sólo tenía 35 minutos de música.
Comparto tu opinión de que esta versión supone una buen ejemplo del equilibrio que tuvo que efectuar Kleiber para evitar que la sinfonía se cayera por el lado ultraobjetivo (Toscanini y tal vez Szell con Cleveland) y por la vertiente de una interpretación también vivaz pero deshilachada, como de carrerilla (Solti/Chicago). Ahí está la maestría de don Carlos, una vez más.
La elección de tempi siguiendo las indicaciones del compositor parece arriesgada, sabiendo la relación amor/odio que siempre tuvo el genial sordo con el artilugio de Mäzel. En una ocasión, estableció los tempi de la Novena para su presentación en Londres. La anotaciones se perdieron y Beethoven las volvió a indicar. Apareció entonces la partitura original y... ¡Sorpresa! Las nuevas indicaciones no coincidían para nada. Fue cuando Beethoven dijo: ¡Fuera metrónomos!
Pero, indicaciones de tempi aparte, sólo basta escuchar la introducción para darse cuenta de que Kleiber no se va a encajonar ahí como un fugitivo. La claridad de los diálogos, la respuesta tan nítida de la cuerda grave en pizzicato ya es una declaración de principios. Kleiber no sólo expone sino que amalgama: trata de unir orgánicamente a lo Szell lo que Toscanini lee con vertiginosa velocidad y decidido impulso rítmico (y lo que Solti desborda con unas paradas en seco que nos provocan la sensación de dummies en un test de esos de accidentes de seguridad automovilística). Esa diferencia con el húngaro caballero del Imperio Británico es palpable en el Finale, uno de los movimientos sinfónicos más traidores y complicados de ejecutar por orquesta alguna de Beethoven. Solti aplica frenos como si el accidente fuera inevitable. Don Carlos, a diferencia, embraga, reduce marchas, y logra esquivar el conflicto con maestría y sin forzar la máquina. Y la orquesta responde, pese a que el fagot solista sude y se acuerde de la madre de Beethoven. La toma en vivo corrobora que la orquesta está a un gran nivel.
La única pega que le pondría a esta versión es que el efectivo orquestal me parece un tanto amplio, aunque no sé si esto se debe más a la toma sonora en sí que a esa referida circunstancia. Señalo esta particular apreciación porque en los tutti a veces me veo obligado a bajar el volumen. Con todo, la versión es de referencia por su precisión y equilibrio. Existe otra lectura con el Concertgebouw que creo que no es tan ponderada.
Yo recomendaría escuchar esta versión luego de haber escuchado a Toscanini y a Solti. Y luego la compararía con la de Szell. Tal vez así encontremos mucho más valor a esta lectura. Es una simple opinión.
Gracias por el regalo y por tan excelente entrada, maestro, amigo y hermano Joaquín.
Maravilloso comentario que voy leyendo y releyendo. Tu propuesta comparativa de versiones es del todo apropiada para percibir el logro de Carlos Kleiber.
Sobre el problema de los tutti, amigo mío, creo que el problema puede ser más bien técnico: el archivo mp3 incluye cierta información para "equilibrar" el volumen. Me percaté del asunto a los tres días de subir esta entrada, corregí el asunto en los mp3 y redirigí el enlace hacia una nueva descarga. Probablemente eso elimine el molesto asunto de los tutti.
Gracias nuevamente, querido amigo y hermano leiter
Link repuesto!
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