Hace unos años compartí con ustedes un disco centrado en música instrumental italiana del Seicento (los 1600s, es decir, el siglo XVII) que, para gran alegría mía, fue muy apreciado hasta hoy. Como habrán notado, el amor por la llamada Música Antigua cabe en esta página con tanta ciudadanía como el romanticismo germano, la música popular vienesa o la música étnica de diferentes rincones del mundo. Hoy, precisamente, regresaremos al fascinante siglo 17 italiano.
A veces se tiene la impresión que los italianos del Renacimiento lo inventaron todo. A semejante frase hay que hacerle varios descuentos. Pero convengamos que nuestro mundo nació allí, en la Italia del Renacimiento y su giro copernicano (nunca mejor dicho) en cuanto a tecnología, filosofía, técnicas artísticas pero sobre todo en su concepto del poder y de la actividad del hombre sobre el mundo.
La música del Renacimiento y primer barroco italianos (una transición nada rupturista) fue primero vocal y después instrumental, dado que los instrumentos todavía se hallaban en fase de maduración y perfeccionamiento. A diferencia de otras artes como la pintura, la escultura o la arquitectura, que lograban rápidas y asombrosas cimas desde el siglo XV, la música debió esperar un poco más hasta ofrecer un equivalente cultural de la misma grandeza. Lo hizo con la ópera, esa genialidad que supone la suma de las artes escénicas.
Pero también la efervescencia expresiva de aquel momento se tradujo en formas musicales poco a poco más elaboradas y mejor formuladas. A partir de necesidades prácticas los compositores fueron encontrando las ideas que probarían ser de larga vigencia, como la agrupación de danzas en suites, o formas gestadas poco a poco desde la palabra misma con que se las denominaba (sonata, tocata, cantata…) o la búsqueda de acompañamiento instrumental idóneo al canto solista.
3 comentarios:
Muy buena QUINOFF y compañía. Gracias por el disco que es una preciosidad. Y, por otro lado, a veces pienso si aquél "concepto del poder y de la actividad del hombre sobre el mundo", no fue bien entendido y digerido, y no hemos ido demasiado lejos sin sopesar suficientemente las consecuencias. El maltrato a que hemos sometido al planeta es la prueba más evidente, que más temprano que tarde pagaremos, cada vez con más fuerza. Y no tengo claro que seamos capaces de aprender... :)
¡Qué bueno es tener amigos que adivinan aquello que no se pudo, no se quiso no se alcanzó a decir! Completamente de acuerdo, y la expresión “concepto de poder” nunca la escribo con simpatía. Lo del homo faber, el hombre que con su industria modifica el mundo, ha causado desastres. Y así vivimos en crisis. Pero las crisis son también oportunidad de cobrar conciencia y empujar cambios, así que prefiero guardar mi llamita de esperanza. ¡Un fuerte abrazo y gracias por tus palabras, Gato!
Siempre es un placer amigo. La 'llamita' nunca nos faltará, y espero que nunca sea demasiado tarde... :)
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