jueves, 9 de mayo de 2013

SCHUMANN en manos de otros

carátula

El título es un guiño al mundo infinito de las adaptaciones musicales; en este caso, por vía de la instrumentación.

No es algo tan extraño; de hecho me atrevo a creer que es muy común. Casi todos los compositores han incurrido en estas prácticas, ya por razones de aprendizaje, imposición laboral, diversión, iniciativa propia u otros fines personales. Tomando obras concebidas originalmente para uno o muy pocos más instrumentos, estos músicos reiluminaron páginas antológicas mediante la suntuosa paleta instrumental de la orquesta moderna.

Hay quienes se pasaron un poco de la raya —miremos a Stokowski...— pero también hay quienes nos revelaron la belleza desapercibida en una composición que se nos escapaba —miremos a Ravel...—.

¡Ravel! Precisamente él nos abre el camino en esta oportunidad, para seguir luego con Theodor Adorno, de quien tanto hemos sabido como filósofo y tan poco como músico.

Ravel »CARNAVAL« Op. 9 — fragmentos sobrevivientes del arreglo orquestal completo Por supuesto que decir Maurice Ravel inducirá el recuerdo de su celebérrimo Bolero en una amplia mayoría; otros tantos recordarán asimismo la Suite Dafnis y Cloe, la fantasía La Valse o la Pavana para una Infanta difunta. Pero junto a estas obras personales emerge el genio capaz de orquestar la producción de otros sin adulterar su esencia. Ejemplo concluyente: los Cuadros de una Exposición, de Músorgsky. Ravel, quien pasó la vida en pos de una perfección que nunca creyó alcanzar (!), ha sido el mayor maestro francés de la instrumentación (esto es, incluso sobre Berlioz) y ciertamente uno de los más grandes de toda la historia. No sólo por su supremo acierto y buen gusto en las combinaciones tímbricas o en la exploración de la sonoridad total de un instrumento, sino en la capacidad (en mi opinión, inigualada) de adaptar la paleta orquestal según la conveniencia expresiva de cada obra. Su maestría no está atada a un único “sonido inconfundible”, aun cuando su personalidad sea característica; por lo mismo, el sonido que escuchamos en los Cuadros... no es idéntico al de otras adaptaciones.

A principios del siglo pasado el empresario Sergéi Diaghilev, responsable de los aplaudidos “Ballets Rusos”, encargaba música para las representaciones de su compañía a músicos destacados. El buen ojo de Diaghilev redundó en frecuentes obras maestras. Una de ellas la orquestación completa de la suite Carnaval, de Robert Schumann, preparada por Ravel para los espectáculos de danza. Infelizmente sólo cuatro partes han llegado hasta nosotros: Préambule / Valse alemande / Paganini / Marche des 'Davisbündler'. En ellas apreciamos el respeto del creador francés hacia la partitura de su homólogo alemán.

(Por cierto, aprovecho de enviar un saludo a Robin, un querido amigo de esta página, compatriota del compositor y al cual siempre recordamos por las rosas que dejó en la casa de Ravel en Ciboure.)



»KINDERJAHR« — Seis estudios del Op. 68 de Robert Schumann para pequeña orquesta Theodor Adorno ha pasado a la posteridad como filósofo, luego como crítico de arte, y poco o nada como músico. Quien escribe estas líneas admite poco cariño hacia este intelectual debido a su pendenciera actividad crítica en contra de Jean Sibelius, cuyas cualidades denostó tanto como pudo (sin llegar a poseerlas). No obstante, su reflexión sobre la música y la sociedad es digna del mayor respeto, aun cuando nadie está obligado a asumirla en términos definitivos. Como sea, Adorno realizó serios estudios musicales y hasta compuso algún puñado de piezas acorde a las vanguardias de su juventud, para concentrarse más tarde en la filosofía. Su »Kinderjahr« proviene del año 1941. Es interesante notar que la infancia fue relevante para el pensamiento del filósofo/compositor; así, tomó seis piezas del Op. 68 de Schumann («Álbum para la Juventud») para formar una especie de «ciclo del año» mirado desde los ojos de un niño. En su cometido, Adorno exhibe una imaginación tímbrica digna de admiración.



  • SINFONÍA nº 2 en DO MAYOR, Op. 61 — Por fin, cerramos el registro con el propio Schumann. Aquí está la preciosa Segunda sinfonía del compositor alemán, famosa debido a muchos méritos pero sobre todo al inimitable tercer movimiento, ese conmovedor Adagio que brota desde las entrañas de aquel hombre genial y sufrido.

    La Orquesta Filarmónica Real, dirigida por Dirk Joeres, se luce haciendo «cantar» la música del gran Schumann. ¡Disfrútenla!

  • » D E S C A R G A

    MP3 VBR 220 kbps | jpgs | 14 tracks | RAR 95,37 MB

    3 comentarios:

    robin dijo...

    Je te rends ton salut, cher Quinoff ! Merci pour ce disque qui a l'air très intéressant; je vais l'écouter avec plaisir. Y espero que recuperas de la pérdida de Vitto.
    Robin

    Anónimo dijo...

    Por si le resulta interesante, le diré que sí existe una grabación completa (21 piezas)de la orquestación de Carnaval Schumann-Ravel:

    Vinilo Decca Ace of Diamonds SDD271
    Ernest Ansermet Orquesta Suisse Romande, Grab. 1973

    También en You-tube se puede ver y escuchar el ballet Carnaval, según la versión original.
    Saludos.

    q u i n o ƒ ƒ dijo...

    Valiosísimo comentario. El librillo que viene con el disco compartido en esta entrada refería otra historia, gracias por aclarar que el trabajo de Ravel no se perdió. ¡Saludos y bienvenido, amigo Anónimo!

     
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