miércoles, 22 de mayo de 2013

¡Felices 200 años, RICARDO WAGNER!

Richard WagnerWilhelm Richard Wagner (1813-1883) / Retrato por Franz Hanfstaengl
Hace 200 años nació un revolucionario de las artes, un genio fundamental para la Música universal: Wilhelm Richard Wagner (* Leipzig, 22 de Mayo 1813 — † Venecia, 13 de Feb. 1883). Amado y odiado, encumbrado y vilipendiado, Wagner fue la gran figura de la música alemana en las postrimerías del siglo XIX, incluso una verdadera “piedra de escándalo” en el arte occidental de su tiempo. Fue un artista que poseyó aquella facultad insólita de crear belleza nueva, es decir una obra que asume una tradición pero crea un sendero propio, de tal originalidad que no deja a nadie indiferente. Probablemente ningún músico fue tan ambicioso, ni tuvo además la energía para hacer realidad frente a sí esas ambiciones. Como ser humano fue lamentable, incluso perverso en su oportunismo, megalomanía y extraño poder de sugestión que le facilitó innumerables manipulaciones; como artista fue y sigue siendo absolutamente indispensable. Y lo digo habiendo confesado aquí muchas veces mi profunda admiración por su gran “opuesto”, Brahms. ¡Feliz aniversario!

Lorin Maazel dirige su polémico arreglo »El Anillo sin palabras«, resumen musical de la portentosa tetralogía wagneriana, con el sonido extraordinario de la Filarmónica de Berlín. ¡Disfrútenlo!
firma de Wagner

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por el post. Sobre Brahms y Wagner: Defiendo que no los veo tan "contrarios". Me parece ver la mirada atenta de Brahms, por ejemplo, en el coro de procesión de Elsa en la catedral (Lohengrin), como inspiración para su Requiem Alemán. Un saludo. enriquedeburgos.wordpress.com

q u i n o ƒ ƒ dijo...

Enrique, justo por estar de acuerdo contigo –anticipadamente– coloqué esas comillas en "contrarios". El vínculo entre el coro procesional de Elsa con el Réquiem Alemán no lo había percibido (me queda mucho por aprender de las óperas de Wagner), pero siempre he creído que la Guerra de los Románticos fue una estupidez, una grosería artística que condujo a tristes consecuencias. No había en Alemania un arte bueno y uno malo (o uno caduco versus otro vital y promisorio); había complemento y nada más. Dos visiones perfectamente válidas acerca de la expresión musical. Una, claro está, afanosa de renovar, reinventar, y la otra celosa de preservar la riqueza acumulada. Me recuerda mucho el enfrentamiento a propósito de la misa en el mundo católico tras el Concilio, que a veces llegó a oposiciones radicales que perdían ambas su sensatez. Tanto era oportuno buscar nuevas expresiones en conexión con el pasado, como era importante respetar el cauce que se había seguido durante tanto tiempo, sin ejercer violencia para obtener resultados.
Lévi-Strauss decía sobre el asunto anterior que “todo cambio en los ritos provoca el estupor, la interrogación, hasta la incomprensión, la crítica y el rechazo”; y creo que esa reflexión aplica también al agudo enfrentamiento ocurrido entre los artistas del Romanticismo pleno y tardío.
Te agradezco la visita y tus palabras, Enrique.
Saludos!
Q.

Anónimo dijo...

Estimado Quinoff:

efectivamente, un tema complicado eso de los "contrarios"

se dice a menudo que el único perdedor de la "guerra" entre Wagner y Brahms fué Bruckner. Confeso admirador de la obra del "Maestro de los Maestros", ninguno de los críticos pareció percatarse que en realidad no sólo Bruckner no escribió ópera, si no que entre Wagner y Liszt, fundamentalmente creían que la Sinfonía era algo del pasado. Liszt ferviente admirador del poema sinfónico y Wagner del Arte Total. De todas formas, merecidísimo homenaje a un gran artista, cuya obra permanecerá por cierto muchos años. Gracias. José

 
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