Como cada Navidad, este año hice una playlist con música propia de la época para escuchar durante mis trayectos: villancicos de muchos países, conciertos, coros de oratorios, piezas instrumentales. Y como cada Navidad, las canciones alemanas tradicionales —las que más me gustan, por cierto— quise oírlas en la misma voz que he admirado por tanto tiempo: la del gran Peter Schreier. El 26 de diciembre me enteré que ésta había sido la última Navidad con Schreier entre nosotros, los meros humanos: el miércoles 25, a los 84 años, uno de los mejores tenores del siglo XX fallecía a causa de la enfermedad que había arrastrado por bastante tiempo.
Si bien fue una estrella operística de talla mundial, para mí Peter Schreier (★ Meißen, 29 Jul. 1935 — ✚ Dresde, 25 Dic. 2019) había sido la voz de los oratorios y del lied; el Evangelista definitivo en las obras sacras de Bach, de Schütz, el intérprete genial de las arias solistas de ese repertorio, el liederista conmovedor que se codeaba como un igual con Fischer-Dieskau y Wunderlich.
Al despedir al genial tenor, cuyo timbre inconfundible siempre perdurará en mi soundtrack personal, me sucede lo mismo que les contaba cuando falleció Fischer-Dieskau, es decir, siento que he perdido un amigo al que conocía bien. Esa es la trascendencia de los verdaderos artistas: salvar cualquier distancia con el auditor y comunicar su arte con facilidad suprema.
En tanto preparo algo más suculento para recordar a Schreier, les dejo hoy un regalo modesto: seis villancicos alemanes (Weihnachtslieder) que seleccioné para oír este año, sin saber que la voz de mi amigo se apagaría en este mundo y comenzaría a sonar en la eternidad.
3 comentarios:
Un Feliz 2020, querido amigo.
Igualmente para ti querido bro'
Exquisito Peter Schreier nos acompaña desde el cielo.
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