El caso Beethoven
Europa atravesaba un cambio de paradigmas en el tránsito del siglo XVIII al XIX, y Beethoven fue el gran artista de ese momento.
Inspirador del Romanticismo, empero no fue un romántico. Hijo del Siglo de las Luces, tampoco fue un clásico de pura cepa. Integra parcialmente la tríada del clasicismo vienés junto a Mozart y Haydn; no obstante, tuvo la persistente audacia de desafiar los cánones “sagrados”.
Su “domicilio estético” aúna elementos de ambos estilos: es un particular acuerdo entre la libertad y el dominio formal, entre el arrebato de emociones impetuosas y un férreo control de la manera en que dichas emociones se han de expresar. Batallaba con tenacidad (como delatan sus borradores) puliendo la forma musical, concepto que será descuidado por la mayoría de los románticos. Además, a diferencia de éstos, el Sordo no quiso convertir la música en un mero confesionario emotivo, sino en vehículo de expresión para ideales que pudieran elevar a la humanidad.
Por esta alquimia tan única, el nombre de Beethoven despertó en su momento malentendidos, reticencia, incluso antipatía. Goethe, por ejemplo, otro monumento de la cultura alemana, era reacio al aplauso cuando se trataba del compositor; no dudaba de su genio, pero no sabía cómo interpretarlo. Otro ejemplo lo ofrece el zig-zag de la Novena Sinfonía: verdadera revolución de su género, fue recibida exitosamente en su estreno vienés... para luego ser evitada durante años como cosa rara. Hubo que esperar a la llegada de un Berlioz y un Wagner para descubrir al público la trascendencia de la composición.
A Beethoven le daba igual: su audacia no dejó de crecer jamás. Baste recordar la “Gran Fuga” que culminaba originalmente el Cuarteto nº 13 en Si bemol para asombrarse del poco caso que el compositor hacía de las convenciones de su tiempo.
Para qué están los amigos...
Aunque la propuesta beethoveniana causara estas reacciones, tampoco se puede discutir su popularidad. El genio tomó por asalto no sólo a la sociedad vienesa sino a su propia época. Buena parte de su fama la debía a su impresionante calidad como pianista e improvisador, cierto, pero un halo legendario, muy al gusto del momento, lo había acompañado desde su mismo arribo a la capital austríaca. Y a medida que nuevas generaciones fueron apareciendo en escena, Beethoven fue encontrando un eco mayúsculo. Su figura fue admirada por compositores contemporáneos (Méhul, Boïeldieu, Hummel, Cherubini...) y venerada por los sucesivos (Ries, Schubert, Paganini, Mendelssohn, Liszt...).
Sobre todo estos últimos sintieron la necesidad de desafiar la incomprensión que todavía experimentaba la obra de su ídolo y echar abajo las puertas cerradas.
Cierto compositor muy poco conocido en el ámbito latino pero todavía vigente en la cultura alemana es Friedrich Silcher (1789-1860). Su principal legado lo dejó en el ámbito de la canción popular. Hasta hoy se cantan los arreglos que hizo de temas y poesías folklóricas como “Lorelei”, “Am Brunnen vor dem Tore” o “Yo tenía un camarada”. Amigos de Beethoven fueron maestros de Silcher, como Kreutzer y Hummel. Es seguro que compartía con ellos la admiración al gran compositor de Bonn. La mejor prueba es la colección de canciones que creó a partir de música beethoveniana, para atraer así la atención del público hacia esas creaciones.
Título | Origen de la Melodía |
Das Auge der Geliebten | Sonata para piano Op.13 “Patética” |
An die Nacht | Sonata para piano Op.57 |
Sehnsucht | Sonata para piano Op.2, mov. nº1 |
Wiedersehen | Sonata para piano Op.2, mov. nº3 |
Frage | Sinfonía nº2 |
Durch dich so selig | Sinfonía nº5 |
Umwölkter Himmel | Sonata para piano Op.90 |
Lächelt, ihr Sterne, ewig mir | Sonata para piano Op.2, mov. nº2 |
Sehnsucht | Sonata para piano Op.26 |
Gruss der Seelen | Sonata para piano Op.30, mov. nº2 |
An sie | Andante favori |
Gesang der Peri’s | Sinfonía nº7 |
Estas piezas son servidas por dos músicos excepcionales en un registro que no sé si habrá sido reeditado. Es una rara joya que vale mucho la pena conocer, demostrando que estos homenajes de Silcher son todo, menos una chapuza. Revelan el dinamismo de una época de “cambio de mareas” en la música occidental, de qué modo las nuevas sensibilidades se abrían camino en cada estrato de la producción artística, en este caso la llamada canción culta, y cómo una concordancia de sensibilidad, jalonada por la admiración, pudo obrar una genuina “unificación alemana” en el arte (y por ende en los corazones) mucho antes de que pudiera conseguirlo la política.
Además, es seguro que estas páginas habrán obligado a más de alguno a preguntarse cómo pudieron vivir hasta ese momento sin saber de Ludwig van Beethoven...
MP3 CBR 320 kbps | 44 kHz | .7z 57,3 MB
1 comentario:
you write very nicely, too. thanks again for this rare recording of rare arrangements. -regards, a.v.
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