Hay en la intimidad un límite
Hay en la intimidad un límite sagrado
Que trasponer no puede aun la pasión más loca
Siquiera si el amor el corazón desgarra
Y en medio del silencio se funden nuestras bocas.
La amistad nada puede, nada pueden los años
De vuelos elevados, de llameante dicha,
Cuando es el alma libre y no la vence
La dulce languidez del goce y la lascivia.
Pretenden alcanzarlo mentes enajenadas,
Y a quienes lo trasponen los colma la tristeza.
¿Comprendes tú ahora por qué mi corazón
No late a ritmo debajo de tu diestra?.
Anna Andréyevna Ajmátova (Górenko)
6 comentarios:
Una maravilla maravillosa, muchísimas gracias QUINOFF.
Salud, paz, sonrisas y muy cordiales saludos.
Elgatosierra :)
Gracias amigo :)
El alma rusa, la fuerza de la tierra determina.
Que maravilla!
Gracias por compartir un fuerte abrazo y otro regalo de la misma autora:
Fragmento
Me pareció que las llamas de tus ojos
Volarían conmigo hasta el alba.
No pude entender el color,
De tus ojos extraños.
Todo alrededor palpitaba
Nunca supe si eras mi enemigo, o mi amigo,
Y si ahora era invierno o verano.
21 de junio de 1959 Moscú
Versión de Jorge Bustamante García
Adriana, qué grata visita! Un abrazo. Magnífico retazo poético el que me compartes, muchas gracias!
Tal cual, Lauri; la fuerza de la tierra determina.
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