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Exploremos de nuevo la música de Johannes Brahms, siguiendo sus pasos rumbo a las Cuatro Sinfonías. Sabemos que en este nicho, donde se labraría un gran nombre, no fue precoz: la primera sinfonía se estrenó cuando su autor pasaba los cuarenta años de edad. En el camino debió superar multitud de dudas, de dificultades como músico profesional, amén de su propia y tenaz autocrítica y, claro, la cuota de asfixia ante la “obligación” de equiparse a Beethoven. En suma, firmar una sinfonía propia significó acreditar la madurez conseguida tras una ardua jornada.
La tardanza en estrenar la Sinfonía nº 1 no se explica por desinterés; al contrario, Brahms pasó casi veinte años puliendo esa obra capital de la música, hasta lograr la plena expresión de su idea. Ocurre que nunca compuso nada a la rápida, ya por meticuloso, ya por inseguro. Ni siquiera la insistencia del círculo que más peso tenía en su vida, como eran los Schumann junto a Joseph Joachim, pudo alterar su modus operandi. Frases suyas como: “Componer no es difícil, lo complicado es dejar caer bajo la mesa las notas superfluas”; o bien: “Sin la artesanía, la inspiración es una mera caña sacudida por el viento”, son muy expresivas de su forma de trabajo. Cierto que las insistencias de Robert Schumann habían llevado al joven de Hamburgo a esbozar una sinfonía adoptando la tonalidad de Re menor; pero cuando la tragedia final se abatió sobre su mentor (1854), Brahms abandonó todo y se trasladó a Düsseldorf para apoyar a la numerosa familia de aquél y ocuparse de lo que hiciera falta. Entre tanto, esas experiencias, aunque dolorosas, tuvieron provecho artístico; a partir de ellas avanzó en la escritura de nuevo material que cristalizaría en obras como el Primer Concierto para piano (1858) o el Réquiem Alemán (1865-68). En especial la primera de estas dos obras se alimenta de los esbozos sinfónicos desarrollados bajo el incentivo de Schumann, de los cuales conservó la tonalidad (Re menor) y el largo aliento. Además, el elemento trágico que vibra en este monumental concierto deriva de forma directa de la tragedia de su maestro. Con esta pieza concertante Brahms desembarcaba de manera oficial en los dominios orquestales. Pero antes había tanteado el camino con sus dos Serenatas, compuestas ambas durante la década de 1850, cuando trabajó al servicio de la corte de Detmold. Fue ahí cuando por primera vez —al menos oficialmente— se puso al frente de una orquesta o un coro, agrupaciones éstas que ocuparían sitio destacado en su producción artística. Estos años de aprendizaje ofrecen una interesante evolución hacia un concepto instrumental nítido y personal, así caracterizado por mi inolvidable amigo leiter: “Pero es quizás el incomparable ‘sonido’ de su música lo que le ha asegurado un lugar de privilegio en la historia. Su música es otoñal, apasionada y romántica, a la vez que controlada, refinada y llena de melancolía”. Profundiza José Luis Comellas: “Es cierto: Brahms no busca la brillantez de los instrumentos, no siente interés por el pintoresco colorido. Prescinde de él, no le hace falta. Utiliza una instrumentación ‘en varios planos’, que en nada oscurece la idea principal, antes bien la potencia. La suya es como una música en relieve, y esa multiplicación de los volúmenes no hace más que enriquecerla, que hacerla monumental”.

SERENATA nº 2 · VARIACIONES »HAYDN« · OBERTURA FESTIVAL ACADÉMICO / por LEONARD SLATKIN y la SINFÓNICA de SAINT LOUIS — El director Leonard Slatkin posee una gran reputación a partir de los frutos artísticos obtenidos en la larga colaboración con la Orquesta Sinfónica de San Luis, Misuri (EE.UU.). Bajo su batuta esa agrupación mediana se transformó en uno de los mejores conjuntos del país. Entre las numerosas grabaciones realizadas por este binomio se cuenta este disco brahmsiano, que recoge la Serenata número 2 en La mayor {1857-1860}, las Variaciones sobre un tema de Haydn {1873} y la Obertura para un Festival Académico {1880}. El sonido balanceado y el control de la dinámica se mezcla con una toma sonora bastante feliz. Existe en amazon una evaluación de este registro que me parece oportuno incluir acá:
»Slatkin, como es habitual, concede el justo valor a cada frase así como a la continuidad temática en el contexto musical. No vacila en echar mano al rico contenido de las melodías, polifonías, contrapunto, estructura y sonoridad orquestal que Brahms explota de manera magistral, ni teme tampoco aplicar cambios sutiles a los tempi o recurrir juiciosamente al portamento de las cuerdas cuando la música lo justifica. Los micrófonos fueron colocados obedeciendo una muy buena planificación que permitiera revelar mejor el contenido musical. Esto significa que, por ejemplo, si un determinado pasaje requiere mayor proximidad a varios instrumentos, esto se obtiene gracias al balance eléctrico y acústico, mientras otros pasajes más declamatorios reciben un diferente tratamiento o incluso una toma a más distancia.«
Amigos y amigas, disfruten el hermoso sonido e interpretación de los músicos norteamericanos a la música del genio de Hamburgo en el enlace más abajo:
» D E S C A R G A
MP3 VBR ~ 220 kbps | 7 tracks | .7z 86,1 MB
8 comentarios:
Gracias, mi querido Quinoff por esta hermosa joya.
Y muchísimas gracias por la interesante reseña.Leyéndola pensé... "con razón esa obra cumbre que es la Primera Sinfonía"(Acá entre nos, misinfonía preferida, no sólo de las de Brahms, sino de todo el repertorio sinfónico que he escuchado)
Gracias por señalarnos "el largo camino" de BrHMA Hci L sinfonía
(afterbach)
Querido amigo, gracias por la visita y me alegro que te haya gustado esta selección musical. Comparto entusiasmado tu opinión: la Primera de Brahms es una obra cumbre. Si no me atrevo a calificarla la mejor de todo el repertorio sinfónico, al menos sí digo que me parece la mejor primera sinfonía de todas.
Un abrazo!
Thank you for the picture of the very young Brahms which i did not see before!
Una muy buena fotografía, claro que sí. La puedes encontrar en esta dirección:
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Johannes_Brahms_1853.jpg
Again on the picture of the young Brahms:
As Robert Schumann wrote in his famous article "Neue Bahnen":
"Er trug, auch im Äußeren, alle Anzeichen an sich, die uns ankündigen: das ist ein Berufener."
Quinoff no funciona el enlace que has colgado, por favor arréglalo, me gustaría escuchar a Brahms.
Un saludo cordial.
Paul, intenta ahora y dime cómo te va.
Quinoff ahora ya estoy descargando, muchas gracias.
Un saludo bien fuerte
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