Deseo para todos ustedes, amigos que visitan esta página, un gran año 2025 junto a quienes aman. Y aunque vivamos en un mundo peligrosamente incierto, con estallidos de crueldad bélica escandalosa, de codicia insaciable y otras lacras, es preciso resistir, es preciso no claudicar de aquello que nos conserve mejores y más humanos. La belleza, estoy seguro, es uno de estos baluartes; pues la belleza que “salvará al mundo”, en la profética expresión de Dostoievsky, es alimento del espíritu, esa misteriosa chispa que ennoblece el corazón humano cuando éste decide darle cabida.
Dicho lo anterior con toda convicción posible, les comparto como primer saludo del año un hermoso disco de un estilo muy querido para mí, por amalgamar sencillez, calidad, personalidad, elegancia melódica y vivacidad: me refiero a la música de café vienesa, conocida también como Schrammelmusik. En el disco de hoy, “Primavera en Viena”, el grupo “Quinteto de Salón de Turingia” nos trae un compendio de valses, polkas y música de aires rusos o húngaros (zíngaros).
Los autores: Franz Lehár (1870-1948), seguramente el más conocido, uno de los grandes nombres de la música ligera austro-húngara; Eduard Strauss (1835-1916), hermano menor del “rey del vals”; Johann Schrammel (1850-1893), uno de los creadores definitivos de este estilo “urbano” al que legó su propio apellido; Nikolai Bakalainikov (1881-1957), desconocido flautista y compositor ruso; Gerhard Winkler (1906-1977), el más cercano en el tiempo, creador de canciones alemán; Robert Stolz (1880-1975), longevo compositor austríaco; Vittorio Monti (1868-1922), imperdible autor de las célebres “Csárdás”; y el muy notable Fritz Kreisler (1875-1962), en cierta medida epónimo de la música vienesa, famoso por su virtuosismo en el violín y por composiciones que combinan nostalgia y alegría de una manera inconfundible.
¡Disfrutemos una amena tarde en un café de Viena!
1 comentario:
Veo que también te acordaste de Strauss en tu blog, su música así interpretada es encantadora. Entre visitar los bosques y tomar un café en Viena, me está dando ganas de preparar la maleta y viajar hasta allí. Quizá mejor en primavera...
Saludos y feliz año 2025.
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