lunes, 1 de mayo de 2017

SHOSTAKOVICH :: Sinfonía #5 op.47 & Sinfonía para Cuerdas op.110a

Dmitri Shostakovich en una foto juvenil

Dmitri Shostakovich fue uno de los gigantes indiscutibles de la música del siglo XX. Por extensión, fue uno de los mayores compositores nacidos en Rusia; músico superdotado, capaz de crear lo que fuera en su mente sin ninguna ayuda exterior gracias a la inusual combinación de oído absoluto y oído interno, era además un consumado virtuoso del piano y habilísimo orquestador que daba muestra continua de su fecundidad y mano maestra en la forma sinfónica.

Pues bien, nada de lo anterior evitó que las condiciones políticas que le tocó vivir impusieran un pesado yugo sobre su maravillosa creatividad. Más o menos entre 1928 y 1933 Shostakovich se interesó por corrientes vanguardistas de su época (el grupo francés de Les Six, Alban Berg, Hindemith, incluso el jazz). Eso bastó para despertar las sospechas del PCUS y pronto fue fustigado por la censura soviética, desacreditado y amedrentado junto a insignes colegas bajo cargos ridículos (se los tachó de crear música ajena al sentir del pueblo, música burguesa... más o menos como los nazis acusaban de músicos degenerados a los judíos). Eran los años oscuros de Stalin.

Shostakovich salió del circuito oficial de la música soviética, sus obras fueron condenadas y retiradas sin importar la respuesta que habían logrado entre el público. Eso lo precipitó en un purgatorio de incertidumbres y temores constantes, que su naturaleza nerviosa fomentaba con negros fantasmas... no del todo imposibles, dadas las purgas a que Stalin era tan aficionado. Pero la presencia de un artista como aquél significaba mucho para el renombre cultural de la URSS, y al cabo de un tiempo —reconocimiento de “culpas” incluido— el compositor fue rehabilitado. En 1937 presentó una Sinfonía que se ajustaba a los gustos estéticos del régimen, obra que obtuvo rápida fama y fue objeto de aplauso general. Todos se sintieron felices.

...o casi. Shostakovich debía sobrevivir, y por eso se curvaba a los dictámenes oficiales, pero sobre todo quería ser fiel consigo mismo, y por eso escribía música que luego guardaba en sus cajones a la espera de tiempos mejores. Como desahogo se volcó a la sátira musical: puso sutiles “mensajes” encriptados en armonías, en secuencias de notas (sembraba acrónimos utilizando la nomenclatura anglosajona, es decir, dando una letra a cada nota), en juegos de atmósferas que chocaban de manera inesperada y hasta grotesca, al modo de Gustav Mahler, y recurrió a la frivolidad para disimular el desprecio. Este proceder escondía las claves de su íntima verdad. Sabía que la sutileza quedaba más allá del alcance de los censores que lo hostigaban, y que le pedían una obra política antes que musical. A ellos les ofrecía declaraciones públicas que mezclaban autocrítica y sumisión; al tiempo venidero, en cambio, legó su música. Tal suma de significados ocultos bajo capas de interpretación —que me recuerda la película Inception, de Christopher Nolan— revelan la brillante complejidad del gran músico ruso.

carátula Comparto con ustedes un disco de 1996 con la Orquesta Sinfónica Rusa, bajo la batuta de Mark Gorenstein, publicado con el título «Redemption». El librillo (no incluido aquí) menciona una frase de Shostakovich, recogida en su biografía «Testimonio»: «La mayoría de mis sinfonías son como lápidas. Demasiada de nuestra gente murió y fue enterrada en sitios que no conoce nadie, ni aun sus propios familiares. Por lo mismo, quise dedicar mi música a todas esas personas.».

El registro arranca con la obra publicada en 1937 para dejar atrás la etapa experimental que sufrió peligrosas críticas. Se trata de la famosa Sinfonía nº 5 en Re menor, op.47, estrenada en Leningrado el 21 de noviembre de 1937 y uno de los títulos más populares del autor, quien le asignó el subtítulo «Respuesta creativa de un artista soviético a una crítica justa». Con él, parece acatar las reprimendas oficialistas; pero la pieza carga una fuerte emotividad y sentimiento trágico, disimulados con brochazos de ironía y de optimismo fácil en el bullicioso final.

En segundo lugar, el disco incluye la Sinfonía de Cámara para Orquesta de Cuerdas, que no es sino el Cuarteto para Cuerdas nº 8 transcrito a gran escala por Rudolf Barshai en 1960, arreglo que fue elogiado por el compositor mismo, a la sazón con 54 años de edad.

El cuarteto original fue escrito en tres días del año 1959, como reacción horrorizada ante las ruinas de Dresde, que Shostakovich visitó como parte de una delegación. La obra original incluye el texto «En memoria de las víctimas del fascismo y la guerra». Pero como era esperable, bajo ese significado oficial había otro: su propia muerte, y por ende, su propio réquiem. En la década de 1950 Shostakovich debió lamentar muertes cercanas que lo afectaron mucho y fue presionado a ingresar formalmente al PCUS, que tanto había evitado. Toda esta desazón la lleva al pentagrama: al término del cuarto movimiento, justo antes del finale, el compositor codifica su epitafio: «Torturado con dura esclavitud»...

Hoy, con la perspectiva de la historia, ese artista torturado es recordado con admiración incesante. Disfruten, pues, ambas sinfonías en el link inferior:


» D E S C A R G A

MP3 | 9 pistas | ABR 256 kbps 48 kHz | .7z 126,7 mb | Yandex

2 comentarios:

Elgatosierra dijo...

Muy buenas QUINOFF.
Así que hemos venido con la "Quinta" de SHOSTA, una de mis favoritas. En fin, no tengo palabras para ponderar tanto arte, pero sí las tengo para elogiar tu maravilloso post. ¡Me encanta...!
Para los que quieran profundizar un poco más en la vida de este magnífico compositor les reconmendaría, para empezar, la serie que el programa "Libro de notas" de Gregorio Parra y Sandra Urdín realizaron, hace ya tiempo, para "Radio Clásica" de Radio Nacional de España, titulado "Memorias de Dmitri Shostakovich". El primer programa se difundió el 3 de enero de 2009 (una magnífica forma de empezar aquél año), y creo que llegó a tener nueve partes. Dejo aquí el primer enlace (y por el hilo se puede sacar el ovillo):
http://www.rtve.es/alacarta/audios/libro-de-notas/libro-notas-memorias-dmitri-shostakovich-03-01-09/376229/
Se puede escuchar y se puede bajar al ordenador para archivarlo.
Salud, paz, sonrisas y cordiales saludos para todo el fogón,
Elgatosierra :)

q u i n o ƒ ƒ dijo...

¡Querido amigo, gracias por tu saludo y más aún por tu aporte! Aliento a todos quienes pasan por esta página a tomar nota de esa recomendación y aprovechar el lujo gratuito de esos programas (a los que llegan mediante el enlace copiado más arriba por el Gatosierra). Una joya!

Para abundar en el tema Shostakovich, les recomiendo un artículo del británico Julian Barnes y publicado en El País en una excelente traducción:
http://elpaissemanal.elpais.com/confidencias/shostakovich-entre-el-arte-y-el-poder/

Saludos a todo el fogón!

 
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