martes, 8 de diciembre de 2015

150 años, Sr. Sibelius, no es poca cosa

Hace un siglo y medio nacía en Finlandia uno de los grandes sinfonistas de Europa, Jean (Johan Julius) Sibelius. Extraordinariamente dotado para la escritura orquestal, ensayó también un nuevo lenguaje para el desarrollo de la forma sinfónica, un estilo comparado a menudo con los mosaicos pues se compone de ideas fragmentarias que se suman paulatinamente hasta cristalizar en una radiante visión global. Heredero del posrromanticismo centroeuropeo e influido por los maestros rusos, este gran compositor nórdico supo cincelar, en sus mejores obras, un perfil propio, sin dependencia de otras escuelas y al margen de las vanguardias, y lo que es más, sin el apoyo de ninguna tradición musical en su país que lo respaldara. Tras una larga vida, Sibelius murió convertido en un héroe nacional finés, posición que nunca ha perdido.

Para recordarlo elijo hoy los últimos dos movimientos de su Segunda Sinfonía, la más popular de las siete que le debemos. Por cierto, ambos movimientos están ensamblados uno con el otro, sin ruptura de continuidad. El Scherzo agitado, marcado como Vivacissimo, con un intermedio poético, y luego la desembocadura en los acordes triunfales del Finale. Escucharán la maravillosa versión de Leonard Bernstein y la Filarmónica de Viena. El video corresponde a los años finales de Lenny, cuando su estilo había logrado enorme madurez y sus tempos se hacían más largos para amplificar la expresión, pero seguía siendo una alegría verlo arriba del podio. El emocionante final de la Sinfonía es llevado por Bernstein a un grado de elocuencia impresionante.

¡Disfruten!

franja

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